
Nuestro optimismo renovado de que estamos entrando en una nueva etapa de hacer negocios en 2024 se sustenta en tres razones principales. Primero, en la reciente mejora de los mercados financieros, impulsada por la desaceleración de la inflación y las reducciones previstas de los tipos de interés; en segundo lugar, en la demanda (y oferta) acumulada de operaciones; y en tercero, la apremiante necesidad estratégica de muchas empresas de adaptar y transformar sus modelos de negocio, que es la esencia misma de cualquier transacción.
El mercado de M&A está entrando en una nueva etapa en 2024 que será diferente a las anteriores. Este repunte será, casi con toda certeza, más moderado en comparación con la intensa actividad de negocios que caracterizó el cierre de 2020 y el transcurso del 2021, un ejercicio que batió récords. Los negociadores se enfrentarán a condiciones muy diferentes en 2024 en comparación a los últimos años y, en consecuencia, tendrán que adaptar sus estrategias. Por ejemplo, aunque los mercados de crédito se han reactivado, la financiación es más cara de lo que ha sido en una década. El mayor coste del capital presionará a la baja las valoraciones y obligará a los responsables de las transacciones a crear más valor para obtener la misma rentabilidad que antes. Dado que el panorama macroeconómico y geopolítico en general sigue siendo incierto, los responsables de M&A que sean capaces de evaluar los riesgos y planificar diferentes escenarios tendrán más confianza a la hora de tomar decisiones que aquellos que puedan estar esperando a que llegue una mayor claridad.
“No dejes que este repunte de M&A te pille desprevenido. Está llegando, y cuando lo haga, no será como lo que hemos visto en el pasado. La rentabilidad de las transacciones estará sometida a una mayor presión, y las empresas que finalmente salgan ganando serán las que puedan demostrar valor estratégico, estén bien preparadas y actúen con rapidez”.
Brian Levy,Global Deals Industries Leader, socio de PwC US.Desde una perspectiva sectorial, estamos observando diferencias importantes: el repunte de las fusiones y adquisiciones ya ha comenzado en los sectores de energía, tecnología y farmacéutica; mientras que otros, como los de banca y sanidad, siguen siendo más lentos, reflejando las condiciones generales del mercado. Muchas empresas de sectores como el retail, inmobiliario o construcción aún se están recuperando o se encuentran en fase de reestructuración, lo que crea oportunidades potenciales de M&A.
En cualquier caso, creemos que los negociadores que logren cerrar acuerdos con éxito serán aquellos que prioricen la estrategia y evalúen el impacto de las megatendencias en sus modelos de negocio, como la disrupción tecnológica (incluido el auge de la inteligencia artificial), el cambio climático y los cambios demográficos, y que sean capaces de utilizar las transacciones para avanzar en sus procesos de transformación. Los elementos clave para impulsar la creación de valor en 2024 serán la necesidad de rapidez, la apuesta por el talento y la voluntad de ser audaces.
Es comprensible que los responsables de negocios estén ansiosos por que termine pronto el peor mercado de fusiones y adquisiciones desde el periodo posterior a la crisis financiera mundial de 2008. El valor global de transacciones se redujo a la mitad en solo dos años, desde su máximo de más de US$ 5 billones en 2021 hasta los US$ 2,5 billones en 2023. Igualmente, el volumen global de transacciones se redujo en un 17%, pasando de algo más de 65.000 operaciones en 2021 a 55.000 en 2023. Como predijimos en nuestras perspectivas de M&A a mediados de 2023, las operaciones en el segmento medio del mercado se mantuvieron porque eran más fáciles de realizar en un entorno de financiación difícil, y porque los responsables de las transacciones siguieron una estrategia de realizar una serie de operaciones más pequeñas para impulsar la transformación y el crecimiento.
Sin embargo, las megaoperaciones -transacciones con un valor superior a US$ 5.000 millones- cayeron un 60% desde su máximo de casi 150 operaciones en 2021 a menos de 60 en 2023, pero están empezando a acaparar titulares de nuevo. Las dos mayores transacciones de 2023 fueron del sector energía y se anunciaron en octubre pasado: la adquisición de Pioneer por US$ 59.500 millones propuesta por Exxon; y la adquisición de Hess por US$ 53.000 millones por parte de Chevron. Y aunque enero suele ser un mes más tranquilo para los anuncios de operaciones como estas, en 2024 ya se han anunciado varias megaoperaciones, como la oferta de compra de Juniper Networks por parte de Hewlett Packard Enterprise por US$ 14.000 millones, la de Global Infrastructure Partners por parte de Blackrock por US$ 12.500 millones, la propuesta de fusión de Chesapeake Energy y Southwestern por US$ 7.400 millones, y la propuesta de inversión de capital en Vantage Data Centers por parte de DigitalBridge y Silver Lake por US$ 6.400 millones.
Creemos que estas transacciones ponen de manifiesto una mayor disposición de los negociadores a realizar operaciones más grandes y complejas. A veces, eso significa encontrar soluciones creativas para abordar los retos actuales, como la financiación y la supervisión regulatoria, para crecer y crear tanto valor como resultados sostenibles.
Un análisis más detallado de los distintos sectores y subsectores indica dónde la actividad de M&A está aumentando. En 2023, el volumen de operaciones creció en los sectores aeroespacial y de defensa, minería y metales, energía y utilities, farmacéutica, producción industrial, automotriz y tecnología, comparado con 2022. Todo apunta a que estas industrias se mantendrán activas, y entre los subsectores que las acompañarán en un futuro se encuentran la la inteligencia artificial (IA), los semiconductores, los vehículos eléctricos, las baterías y el almacenamiento de energía, la biotecnología, el espacio, la salud de los consumidores y la intermediación de seguros.
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En algunos sectores, la actividad de M&A ha empezado a recuperarse.
En energía, utilities y recursos naturales (EU&R, por sus siglas en inglés), la transición energética continúa impulsando la transformación empresarial a medida que las compañías se reposicionan para afrontar los retos de la sostenibilidad. El número de megaoperaciones de EU&R casi se triplicó en 2023 en comparación con el año anterior y las dos mayores operaciones del año fueron del sector energía.
En el sector de Telecomunicaciones, Medios y Tecnología (TMT), la tecnología sigue siendo un foco clave, y el mercado de software es atractivo para los fondos de capital privado. La mayor operación de tecnología de 2023 fue la propuesta de compra de Splunk por parte de Cisco por US$ 28.000 millones, anunciada en septiembre de 2023.
En la industria farmacéutica, las empresas con mayor capitalización bursátil se interesan por compañías biotecnológicas de tamaño medio para ampliar su portfolio de productos. El gran interés de los inversionistas por los fármacos GLP-1 para la diabetes y la pérdida de peso y un enfoque hacia la medicina de precisión, impulsarán la actividad de M&A en 2024.
En otros sectores, el mercado puede tardar más en recuperarse.
Es probable que las fusiones y adquisiciones en el sector financiero continúen siendo complicadas en 2024, pero la necesidad de transformación de las entidades financieras debería infundir optimismo entre los inversionistas.
Los servicios de sanidad probablemente protagonizarán algunas operaciones de hospitales en apuros, ya que las empresas se enfrentan a dificultades financieras y operativas como los recortes de financiación y la escasez de personal clínico. La innovación digital ayudará a resolver los problemas de personal, mientras que las empresas de telemedicina y de tecnología y análisis clínicos seguirán siendo atractivas para los inversionistas, creando nuevas oportunidades de M&A.
En el sector de consumo, donde el poder adquisitivo de la población sigue siendo limitado -especialmente para las familias de ingresos medios-, los sectores de retail, hotelero y de ocio pueden quedarse rezagados. Aunque el volumen y el valor de las operaciones de hotelería y ocio disminuyeron en 2023 en comparación con el año anterior, esperamos que el retorno del turismo a los niveles anteriores a la pandemia y las preferencias de los consumidores por las experiencias aumenten el flujo de empresas que salgan al mercado en 2024.
“Las señales del mercado son más positivas y estamos viendo una disposición entre los inversores a encontrar soluciones creativas para cerrar operaciones y acelerar la transformación. Creo que estos factores y la demanda acumulada han creado un punto de inflexión y veremos un repunte en la actividad de M&A en 2024”.
Malcolm Lloyd, Global Deals Leader, socio de PwC España.La reciente mejora de los mercados financieros de todo el mundo ofrece un escenario adecuado para la reactivación de un mercado de M&A más saludable. Las repetidas alzas de los tipos de interés de los dos últimos años parecen haber llegado a su fin, y la mayoría de los banqueros prevén entre tres y seis bajadas de tipos en EE.UU., que posiblemente comiencen ya en marzo. Incluso si los intereses bajan de forma más gradual, el entorno de financiamiento será más estable y, por tanto, a los negociadores les resultará más fácil fijar el precio, ejecutar y planificar sus operaciones.
El sentimiento en los mercados financieros ha cambiado notablemente. En los últimos dos meses de 2023, los índices S&P 500 y Nasdaq Composite registraron ganancias de dos dígitos, del 12% y el 15%, respectivamente, y el Nikkei 225 y el FTSE 100 registraron un 6% y un 5% más, cada uno, en el mismo periodo. El descenso de casi 100 puntos básicos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, desde un máximo de algo menos del 5% a principios de noviembre hasta alrededor del 4% a principios de 2024, supone un gran alivio: los mercados ahora creen que la inflación, aunque persista, no va a suponer un factor de debilidad para la economía.
Los múltiplos Enterprise Value/ EBITDA proyectado de los principales índices aumentaron en torno a un 15-20% en 2023. No obstante, estos siguen por debajo de los máximos de los últimos tres años, lo que indica que las valoraciones aún tienen margen para crecer. Además, se observa que el crecimiento en los múltiplos es menor al que muestran los valores de empresas cotizadas, lo que implica que la sólida evolución de los principales mercados se basa en la mejora de los fundamentales y las expectativas sobre los mismos. Los inversionistas en 2023 estaban preocupados por una posible recesión, pero han iniciado 2024 con más optimismo, lo que nos permite creer que impulsarán la reactivación del mercado durante el próximo año.
La debilidad de los mercados de Oferta Pública Inicial (OPI) es otro factor que respalda nuestra visión de que en 2024 se producirá un repunte de la actividad de M&A. Los mercados de OPI más tranquilos tienden a crear más oportunidades de M&A a medida que las empresas buscan estrategias de salida alternativas. En 2023, el valor global de las OPI se redujo un 30% con respecto a 2022 (de US$ 173.000 millones a US$ 121.000 millones), por lo que ha aumentado el número de empresas con planes de salir a bolsa. Aunque existe un cauto optimismo respecto a una recuperación de las OPI, las oportunidades serán escasas debido al calendario electoral en muchos países. La tolerancia al riesgo de los inversionistas ha disminuido debido a los decepcionantes resultados de las últimas salidas a bolsa, por lo que prevemos que los emisores se enfrentarán a retos relacionados con el capital, la rentabilidad, la generación de liquidez y, en última instancia, las valoraciones. Esperamos que muchas empresas planifiquen la opción de un enfoque dual track para las salidas previstas en 2024, lo que probablemente suponga un aumento de la actividad de M&A.
Oferta y demanda
Cada mes que pasa sin un flujo normal de operaciones aumenta la presión en las empresas para realizar transacciones. Creemos que el mercado ha llegado a un punto de inflexión: los bajos niveles de actividad de M&A en 2023 han creado una demanda acumulada de compradores y una acumulación de activos y negocios para vender.
El capital privado dispone de casi US$ 4 billones de “polvo seco”, es decir, capital que debe invertirse o devolverse a los aportantes (Limited Partners). En paralelo, el capital privado tiene aproximadamente US$ 12 billones en activos bajo administración, casi el doble de la cantidad vista en 2019, antes del inicio de la pandemia, lo que pone de manifiesto la gran acumulación de valor no realizado en las carteras en los tres o cuatro últimos años. Dado que muchos fondos de capital privado se acercan o ya han superado los plazos habituales para sus inversiones en cartera, se encontrarán bajo una presión cada vez mayor por parte de sus aportantes para que devuelvan el capital, y esperamos que esto conduzca a un aumento de la actividad de salida.
El atractivo de M&A por parte de las empresas también ha ido en aumento. En un momento en que los rápidos cambios derivados de las megatendencias mundiales, como la digitalización y la descarbonización, están provocando grandes transformaciones, las empresas están reevaluando sus estrategias y tratando de reinventarse para mantenerse a la vanguardia. A medida que las empresas buscan ampliar su tamaño, obtener acceso a la tecnología y al talento y también acelerar su crecimiento, las adquisiciones son un camino evidente para seguir. Alternativamente -o adicionalmente- las desinversiones de activos no estratégicos o de bajo rendimiento les permitirá concentrar sus recursos financieros y de gestión en sus áreas estratégicas de crecimiento.
Los CEO y los fondos de capital privado están analizando detenidamente cómo crear más valor y hacerlo con rapidez. Desde desbloquear nuevas fuentes de valor con la tecnología hasta acelerar la descarbonización, las empresas creen que las transacciones son, en muchos casos, la mejor forma de seguir el ritmo de la evolución del mercado, además de permitirles transformarse más rápido de lo que sería factible de otro modo.
Creemos que tanto las condiciones como las expectativas para el sector de M&A serán sustancialmente diferentes en 2024 de lo que eran antes -e incluso durante- la pandemia, especialmente en lo que se refiere a navegar por la incertidumbre, el financiamiento y la reestructuración.
Todavía existen muchas incertidumbres que empañan las perspectivas para 2024, como la volatilidad económica, las tensiones geopolíticas, el aumento de la presión regulatoria, las interrupciones de la cadena de suministro y los próximos procesos electorales en varios países. Sin embargo, los CEO han aprendido mucho en los últimos años, incluso cómo navegar en medio de la incertidumbre, y están mostrando una mayor disposición a asumir determinados riesgos y a encontrar soluciones para preparar sus negocios para el futuro. Creemos que esto llevará a las compañías a desarrollar estrategias de M&A centradas en los objetivos de crecimiento y transformación empresarial.
Las condiciones crediticias a principios de 2024 han mejorado notablemente en comparación con 2023, cuando los prestamistas institucionales tenían dificultades para sindicar deuda y los mercados de deuda estaban prácticamente cerrados. En la última década, los fondos de crédito privados se han convertido en actores clave en los mercados crediticios, proporcionando capital para respaldar compras apalancadas, recapitalizaciones y otros tipos de transacciones de capital privado, y ofreciendo soluciones financieras más flexibles y personalizadas. El crédito privado está desempeñando un papel cada vez más importante en la provisión de financiación para transacciones y, con unos fondos disponibles en el mundo de US$ 450.000 millones a fines de diciembre de 2023, están en una posición sólida para financiar un mayor nivel de actividad de M&A en 2024.
Con la reciente evolución de los mercados bursátiles y el aumento general de las valoraciones de las empresas cotizadas, se espera que aumente también el uso de las acciones como moneda para financiar operaciones y evitar así la necesidad de financiarse con deuda. Las dos megaoperaciones de petróleo y gas anunciados a finales de 2023 son ejemplos recientes de fusiones en las que la contraprestación fue 100% en acciones.
Hay aproximadamente US$ 300.000 millones de préstamos apalancados que vencen entre 2024 y 2026. En un entorno de tasas de interés más altas, esto se traducirá inevitablemente en un aumento constante de las estructuras de capital dislocadas. Cuando el valor se rompe en el capital, pero una refinanciación simple no es posible, los accionistas pueden explorar una refinanciación con un proveedor de crédito alternativo, un acuerdo de modificación y ampliación (Amend & Extend Agreement, en inglés) con los acreedores existentes, o pueden optar por una salida de M&A. Sin embargo, cuando el valor se rompe en la deuda, también puede haber potencial para soluciones de M&A más innovadoras, por ejemplo, las ventas parciales para pagar la deuda. En situaciones en las que los prestamistas de los fondos de crédito se hacen cargo de las empresas en una reestructuración, es probable que estén abiertos a ajustar los balances y a utilizar herramientas de M&A y de refinanciación para impulsar un cambio de rumbo y acelerar sus tasas internas de rentabilidad. Esto seguramente se traducirá en más oportunidades de M&A.
A finales de 2023, la caída de los rendimientos del Tesoro estadounidense impulsó a algunas empresas a refinanciar su deuda con vencimiento en los próximos años en lugar de esperar a que los recortes de los tipos de interés previstos para 2024 aliviaran los costes de endeudamiento. Las empresas que no hayan sido capaces de hacerlo podrían verse obligadas a hacer frente a unos costes de la deuda más elevados. Esto puede generar la necesidad de reestructurarse para reposicionarse de cara al futuro.
En estas situaciones, la reestructuración para mejorar la capacidad de refinanciación no es sólo financiera, y puede adoptar diferentes formas (por ejemplo, en evaluaciones de cartera para mejorar el balance vendiendo partes de la empresa) o una reestructuración operativa para mejorar la rentabilidad y reducir el riesgo. Las empresas en crisis también intentan reforzar sus balances y sus posiciones de tesorería a través de M&A, por las que son adquiridas por una nueva matriz más fuerte. Cuando esto ocurre, puede ser necesario que se haga a través de un proceso legal como un esquema de acuerdo británico o un proceso similar, dependiendo de la jurisdicción. Además, estamos viendo ejemplos en sectores como el retail y el hotelero en los que las empresas están tomando medidas para reducir la deuda mediante la eliminación de algunos de los activos más intensivos en capital, como los inmuebles.
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Global: el volumen y el valor de las fusiones y adquisiciones disminuyeron un 6% y un 25%, respectivamente, en 2023 en comparación con el año anterior. Las expectativas de un repunte a principios de año se vieron frustradas por la subida de los tipos de interés y por los problemas de financiamiento, y el número de operaciones cayó un 20% entre el primer y el segundo semestre del año. Es probable que los datos del segundo semestre de 2023 no reflejen del todo la realidad debido al retraso en la comunicación de las operaciones y al evidente sentimiento bajista que existía entre los responsables de operaciones en la segunda mitad del año. Sin embargo, aunque el número de transacciones cayó en el segundo semestre de 2023, su valor conjunto mejoró ligeramente con respecto a la primera mitad del año, impulsado en gran medida por las dos grandes operaciones energéticas comentadas anteriormente.
Al analizar el escenario de M&A en Chile, se totalizaron US$ 5.336 millones durante 2023, lo que significó una disminución del 61% respecto al año anterior. Pese a esto, Chile ocupó el tercer lugar en actividad de M&A en Latinoamérica durante 2023, representando un 7,8% de la actividad de la región y siendo superado sólo por Brasil y México.
En este sentido, la industria de energía representó un 35,5% del valor total de transacciones, siendo la más influyente en 2023. En segundo lugar, se encontró el sector de materiales, representando un 28,2%, seguido por la industria financiera con un 16,2%. El sector inmobiliario representó el 3,9% del valor, encabezado por la venta de la participación de Ripley Corp en Mall Plaza a su socio (Grupo Falabella) con un valor de US$ 207 millones.
En 2024, los responsables de operaciones ya presionaron el acelerador: sólo en enero se registraron siete transacciones por una suma de US$ 1.250 millones, siendo las más relevantes las que ocurrieron en el sector de minería (SCM Minera Lumina Copper), banca (Itau Corpbanca) y energía (Arcadia Generación Solar, AES Andes Renewables y Condor Energía).
"La actividad de M&A disminuyó a nivel global debido a una serie de factores como el escenario de alta inflación, que elevó las tasas de interés a máximos históricos; el escaso acceso a financiamiento y la imposibilidad de los private equities para levantar fondos; el atractivo de la renta fija, que afectó la valorización de los instrumentos de renta variable; la incertidumbre de los conflictos geopolíticos; y también los problemas asociados a los desafíos post-pandemia, como la cadena de suministro a nivel global, que complicaron la operación de las compañías. La caída de la actividad de M&A a nivel global afectó considerablemente a Latinoamérica y por consiguiente, a Chile".
Domingo Correa,Senior Manager Deals de PwC Chile.A medida que la recuperación en el mercado de M&A se afianza, los inversores y los profesionales del sector deberán estar preparados para adaptarse a los cambios en las condiciones y en las expectativas que lo acompañan. A continuación, cuatro aspectos esenciales a tener en cuenta en 2024: