Fecha: 07 de junio de 2024
Medio: El Mercurio
El BC ha promovido varias medidas que podrían dar presencia global a la moneda nacional, según analistas. Pero los esfuerzos, por ahora, no estarían teniendo efectos importantes.
La “internacionalización” del peso chileno, es decir, que la moneda tenga más presencia en los mercados internacionales, es uno de los caballitos de batalla del Banco Central. De hecho, la presidenta del emisor, Rosanna Costa, dijo este jueves en un seminario que, en la búsqueda por aumentar la profundidad del mercado de capitales chileno, están impulsando varias iniciativas que procuran la “integración financiera e internacionalización del peso”.
En el último tiempo, el Central ha impulsado dos políticas clave para la internacionalización de la moneda local: una es la autorización que se otorgó para que el peso chileno pueda ser utilizado en operaciones transfronterizas (permite forward entregables, por ejemplo). Y otra es la incorporación del peso al Sistema CLS (o Liquidación Vinculada Continua), un reconocido sistema de pago internacional para la liquidación de transacciones en 18 divisas (entre ellas, las más importantes del mundo), sin riesgos por husos horarios u operacionales. Eso genera confianza en la moneda y puede atraer a inversionistas foráneos.
Estos esfuerzos “evidentemente le darían más profundidad al peso chileno”, dice Francisco Matthews, socio de NetGo.
“Van en la línea correcta, pero un impacto importante no han tenido”, agrega Sebastián Puffe, asociado sénior de trading de Credicorp Capital.
“El interés en que el peso chileno sea una moneda más utilizada internacionalmente ha sido un objetivo de las autoridades económicas hace años”, apunta el Banco Central. Esto, plantean, traería beneficios, incluyendo una mejor formación de precios y mayor profundidad en el mercado cambiario.
“La incorporación al Sistema CLS ha sido relevante para transmitir mayor confianza en la divisa: permite la mitigación de riesgos operacionales y un mayor volumen de operación”, señala Javier Olaeta, gerente de Deals de PwC Chile.
Matthews cree que estas medidas pueden generar un mercado más profundo “con plataformas alternativas a Datatec”. Alude al sistema computacional de transacciones de la Bolsa Electrónica, dominado por los bancos, a través del cual se realiza la mayor parte de las transacciones de pesos chilenos.
“Son medidas que ayudan”, acota Puffe. Pero todavía no ve un impacto relevante. Advierte que los volúmenes transados en el mercado cambiario formal se han mantenido. Y no han variado mucho en más de una década: en 2012 alcanzaron US$ 361.012 millones, mientras que en 2023 se situaron en US$ 360.283 millones, según la Bolsa Electrónica.
El Central reconoce que estas medidas “son condición necesaria, pero no suficiente”. Y cree que es clave que los bancos comiencen a ofrecer servicios de banca corresponsal en pesos a contrapartes internacionales, lo que generaría oferta de otros productos financieros en pesos.
Y harían falta elementos puntuales. Uno sería “claridad de la normativa tributaria”, plantea el organismo. Pero esto debería resolverse pronto: “La Ley de Resiliencia dotó de atribuciones al SII para la creación de un régimen de RUT simplificado especial, lo que permitirá otorgar certeza a estas operaciones”.
Todo lo anterior “podría tener una serie de beneficios para el sistema financiero y la economía en general, entre ellos, facilitar a los agentes a endeudarse en su propia moneda, lo que reduce el costo de crédito y riesgo cambiario; aumentar la competencia y mejorar la formación de precios en el mercado cambiario local; además de contribuir a la profundización del mercado de capitales y cambiario, con los consiguientes efectos en mayor oferta de productos financieros y liquidez en moneda extranjera”, afirma.