Fecha: 30 de mayo de 2024
Medio: El Mercurio
Francisco Selamé
Socio líder Asesoría Legal y Tributaria - PwC Chile
Si la tributación pudiera llevarse al terreno de la pintura, la técnica que debiera utilizarse para representar los impuestos debiera ser la del claroscuro, que consiste básicamente en contrastar volúmenes iluminados con otros ensombrecidos.
Ingenuamente piensan algunos que la tributación es una mera técnica de recaudación y que funciona sin producir otros efectos. Remontándonos al antiguo régimen, y a propósito de luz, resulta útil recordar, a modo de ejemplo de este fenómeno, el llamado impuesto a las puertas y ventanas que afectaba a los dueños de las viviendas, según el número de estas, ya que se consideraban signo de riqueza, opulencia y mayor capacidad contributiva. Lejos de incrementar el erario, el tributo terminó influyendo perjudicialmente en la arquitectura y provocando, al tratar de evitarse, una falta de aireación en las casas, que favoreció la propagación de enfermedades y pestes, afectando la salud pública.
Es que las subidas de impuestos a corto plazo, sin una evaluación objetiva de sus consecuencias, suelen traer sorpresas desagradables a sus promotores. Así ocurrió por ejemplo en Chile, en que luego de un año de haber aumentado la tasa de impuestos a las empresas el 2015, con el objeto de mejorar la educación, la recaudación disminuyó, atribuyéndose este efecto a la desaceleración económica que provocó dicha reforma y que no fue adecuadamente considerada.
Aunque directamente este impuesto afectaría a la población más rica, terminó tristemente cobrando su parte a las clases medias, vía menor generación de empleos, y a las futuras generaciones, cuyo propósito de educarse mejor se vio frustrado.
Considerando la naturaleza de los proyectos de reforma tributaria en trámite y los que en el futuro inmediato el Gobierno pretende propulsar y que incluyen desde incrementos en el impuesto a la renta a impuestos correctivos, se ponen en juego grandes variables económicas como el crecimiento, el ahorro, la inversión, el consumo y el empleo. Considerarlas adecuadamente frente a cada norma que se propone es un deber para con los ciudadanos.
En el debate político de los impuestos, sin embargo, quienes quieren aumentarlos suelen encandilarse con el brillo de un fácil incremento en la recaudación, que posibilite cumplir sus proyectos, y son reacios a ver la oscuridad de sus efectos perjudiciales. Pocos son quienes, aquilatando luz y sombra, contribuyen a crear un sistema tributario realista y eficaz, con la sobriedad de los maestros del claroscuro.