Un análisis de Global Reporting Initiative, nuam y PwC Colombia
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En los últimos cinco años, la relación entre la biodiversidad y el sector empresarial ha cobrado una relevancia sin precedentes. La acelerada pérdida de biodiversidad y el reconocimiento del riesgo financiero asociado a la dependencia de los ecosistemas han impulsado una agenda global más dinámica. Gobiernos y empresas han intensificado sus compromisos en esta materia, mientras que el acceso a financiamiento para la conservación se vuelve un aspecto cada vez más estratégico.
En este contexto, la COP16 de Biodiversidad, celebrada en Cali, Colombia, en 2024, y en Roma en marzo de 2025, marcó un punto clave en la implementación del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, adoptado en la COP15 en 2022. Su realización en América Latina ha fortalecido el interés empresarial en la región, impulsando la movilización de recursos y el desarrollo de estrategias corporativas alineadas con estos compromisos.
Como parte de este panorama, este artículo da continuidad al análisis sobre la madurez del reporte en biodiversidad. En esta edición, se examina el estado de la gestión y reporte en empresas listadas en bolsa en Colombia, Perú y Chile, con base en la información divulgada en sus informes de sostenibilidad. Además, se identifican buenas prácticas y se ofrecen lineamientos para que tanto empresas listadas como no listadas fortalezcan su enfoque en biodiversidad, contribuyendo a la resiliencia y sostenibilidad del sector empresarial.
El estudio se basó en los informes de sostenibilidad del año 2023 de 75 empresas listadas en los mercados de capitales de Colombia (18), Perú (26) y Chile (31). Las compañías analizadas pertenecen a diversos sectores económicos, incluyendo energía, servicios públicos, industrias sanitarias, farmacéutica, agroindustria, consumo masivo, servicios financieros, sector público, tecnología, capital de riesgo y emprendimientos.
Para evaluar la madurez del reporte en biodiversidad, PwC desarrolló un modelo basado en inteligencia artificial de procesamiento de lenguaje natural (NLP, por sus siglas en inglés), permitiendo una interpretación avanzada de los textos y clasificación de la información. La metodología incluyó trece dimensiones en total, de las cuales ocho están alineadas con el estándar GRI 101 y cinco dimensiones complementarias. Cada dimensión contenía criterios específicos y preguntas clave para asignar un puntaje en una escala del 1 al 5, donde:
• Nivel 1 – Básico
• Nivel 2 – Inicial
• Nivel 3 – Intermedio
• Nivel 4 – Avanzado
• Nivel 5 – Líder
Los resultados muestran que el 88 % de las empresas menciona la biodiversidad en su reporte. Sin embargo, el nivel de madurez sigue siendo limitado: el 66 % de las empresas se encuentra en un nivel básico o inicial, el 33 % en un nivel intermedio, y solo el 1 % alcanza un nivel avanzado.
A nivel de países, se observan diferencias significativas:
• Colombia presenta predominantemente un nivel intermedio.
• Chile muestra un nivel inicial.
• Perú registra un nivel básico.
Estos resultados reflejan la necesidad de fortalecer la gestión empresarial en biodiversidad, empezando por la identificación de las interdependencias de cada organización con los recursos naturales, el desarrollo de estrategias concretas para mitigar riesgos y, finalmente, la transparencia en el reporte de estas acciones en informes de sostenibilidad y otros instrumentos clave.
Uno de los aspectos clave de la COP16 fue la movilización de mecanismos de financiación para la conservación de la naturaleza, un elemento indispensable para la implementación del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. En este contexto, el sector empresarial juega un rol fundamental no solo por su capacidad de movilizar recursos, sino también por su potencial para generar modelos de negocio que impulsen una relación positiva con la biodiversidad.
Este compromiso cobra especial relevancia en América Latina, una región con un extraordinario capital natural, pero también con altos niveles de vulnerabilidad frente a los cambios ambientales. La protección y gestión responsable de la biodiversidad no solo mitiga riesgos financieros y operacionales para las empresas, sino que también genera oportunidades para las comunidades locales, refuerza la resiliencia de los ecosistemas y abre nuevas fuentes de financiamiento sostenible.
Con un entorno regulatorio y financiero en evolución, comprender y reportar el impacto en la biodiversidad ya no es solo una cuestión de cumplimiento, sino un factor estratégico para la competitividad empresarial y el acceso a capital.
Hoy en día, las empresas enfrentan un nuevo desafío: generar confianza no solo en sus resultados financieros, sino también en sus informes de sostenibilidad.
Reconocer las dependencias de la naturaleza es el primer paso para gestionar los riesgos y las oportunidades que generan en las empresas.
Conoce el Manual de Estrategias para la Naturaleza, una guía que ayuda a las empresas a desarrollar estrategias sólidas sobre los recursos naturales.
En la COP16, PwC, Wise Responder y la Cámara de Comercio de Cali nos unimos en un esfuerzo de poner al sector privado y a la sostenibilidad en el corazón de esta conversación.