Para obtener los máximos beneficios de esta tecnología innovadora, es necesario gestionar la amplia gama de riesgos que plantea de manera integral, considerando el negocio en su conjunto. Ya han surgido riesgos en áreas como la privacidad, la ciberseguridad, el cumplimiento normativo, las relaciones con terceros, las obligaciones legales y la propiedad intelectual.
Demostrar un equilibrio entre los riesgos y las recompensas de la innovación será crucial para garantizar la confianza en las empresas y obtener una ventaja competitiva.
Los profesionales en gestión de riesgos pueden ayudar a las empresas a utilizar la IA generativa de manera segura y resiliente. Pueden asegurarse de que se garantice adecuadamente la privacidad, que se manejen los sesgos perjudiciales de manera justa, que sea válido y confiable, responsable y transparente, y que sea explicable e interpretable. En otras palabras, que sea digna de confianza.
Aunque cada ejecutivo y usuario desempeña un papel importante, son estos líderes clave de la alta dirección (C-suite) quienes activarán la Inteligencia Artificial de manera responsable. Su enfoque se centrará en ofrecer confianza desde la planeación, no solo centrándose en la velocidad, convirtiéndola así en una propuesta de valor para clientes, inversionistas, socios comerciales, colaboradores y la sociedad en general.
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