Directora de Sostenibilidad y Cambio Climático, PwC Colombia.
Gerente de Sostenibilidad y Cambio Climático, PwC Colombia.
Gerente de Sostenibilidad y Cambio Climático, PwC Colombia.
Consultor Senior de Sostenibilidad y Cambio Climático, PwC Colombia
A poco más de cinco años para llegar a 2030, nos encontramos en un momento crucial para incrementar nuestros esfuerzos, si queremos evitar un aumento de la temperatura global en 2050. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) revela que, si no se toman medidas a corto plazo, el calentamiento global superará los 1,5 ºC en las próximas décadas. Nuestro PwC Net Zero Economy Index 2023 muestra que el mundo necesita una tasa de descarbonización anual del 17,2 % para evitar superar los niveles preindustriales.
Alcanzar esa tasa de descarbonización es responsabilidad de todos y, por lo tanto, deben adoptarse medidas en el sector público y el sector privado. En este orden de ideas, los gobiernos utilizan la regulación para hacer cumplir las acciones de mitigación climática en sus jurisdicciones, alineadas con sus compromisos con el Acuerdo de París. Algunos han introducido mecanismos de fijación de precios del carbono para reducir las emisiones limitando a las empresas la cantidad de emisiones anuales, y las entidades que no cumplan pueden verse obligadas a pagar por excedentes de carbono. En línea con esto, para el año 2023, el 23 % de las emisiones mundiales estaban cubiertas por impuestos sobre el carbono o sistemas de comercio de emisiones.
Por parte del sector privado, las empresas pueden introducir estrategias de mitigación del cambio climático para hacer frente a las emisiones procedentes de su cadena de valor, lo cual permite, a su vez, mejorar la productividad e impulsar el análisis de costo-beneficio de sus operaciones. Estas estrategias pueden variar en función de la ambición y la dirección de cada empresa:
Las empresas miden su huella de carbono y compran créditos de carbono para compensar sus emisiones. Cuando una entidad compensa todas sus emisiones, alcanza la carbono neutralidad. Este es el nivel más bajo de ambición, pero puede ser el primer paso de la estrategia climática de una organización.
Proporcionan un marco de referencia para que las estrategias de reducción se alineen con la ciencia climática más reciente que se considera necesaria para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Debe tener objetivos a corto plazo que se adhieran a criterios específicos para una reducción ambiciosa de las emisiones.
Las empresas deben fijar una fecha objetivo en la que reduzcan todas sus emisiones a cero o a un nivel en el que las emisiones no puedan reducirse más (conocidas como emisiones residuales).
Además de una reducción total de las emisiones, las empresas deben eliminar de la atmósfera las emisiones no reducidas en la fecha objetivo de Net Zero (a más tardar en 2050) y cualquier emisión posterior para neutralizar su impacto.
Este es el nivel de ambición más alto, ya que implica objetivos a corto y largo plazo para alcanzar un estado de Net Zero a un ritmo alineado con las necesidades globales de descarbonización, incluyendo la compensación de emisiones en el proceso. Los objetivos a corto y largo plazo deben ser coherentes entre sí y con el nivel de descarbonización necesario para mantener el aumento de la temperatura global en 1,5 °C ,en comparación con las temperaturas preindustriales.
La mayoría de los niveles de ambición deberán incluir una estrategia de compensación en su recorrido de reducción, lo que no solo servirá para resaltar su compromiso climático, sino también contribuirá con el desarrollo de proyectos de mitigación, que se financian con la venta de créditos de carbono. Así mismo, permite a las organizaciones comenzar su estrategia de descarbonización e ir aumentando su nivel de ambición. Por ejemplo, un plan de compensación adecuado permitiría a una organización declararse como Carbono Neutro en su camino hacia el Net Zero. Por lo tanto, es fundamental entender cómo funciona la compensación, cómo acceder a los créditos de carbono y las consideraciones clave para adquirirlos.
En 2023, los mercados de carbono alcanzaron un valor de 948.000 millones de dólares a nivel global, lo que demuestra su eficacia como una herramienta poderosa en la lucha contra el cambio climático. Además, se ha demostrado que estos mercados son una solución eficiente para reducir los costos asociados al cumplimiento de los compromisos globales en materia ambiental. Los participantes en el mercado pueden comprar o vender créditos de carbono o cupos transables. Tanto los créditos como los cupos transables representan 1 tonelada de CO2 equivalente reducido, que se utiliza para compensar las emisiones de gases de efecto invernadero de una organización. La diferencia radica en el segmento en el que operan.
Los mercados de carbono pueden dividirse en dos segmentos principales: el mercado regulado y el mercado voluntario. El mercado de carbono regulado abarca el comercio de créditos a nivel internacional, reglamentado por el Artículo 6 del Acuerdo de París para el cumplimiento de la contribución determinada a nivel nacional (NDC, por su siglas en inglés) y, a nivel gubernamental, los sistemas de comercio de emisiones, en los que los gobiernos asignan unos cupos transables a empresas de sectores específicos y estas pueden acceder a cupos adicionales en el mercado para cumplir con su obligación.
Por otro lado, en el mercado de carbono voluntario (VCM, por sus siglas en inglés), las empresas utilizan créditos de carbono como parte de sus compromisos climáticos adquiridos voluntariamente (ejemplo: una declaración de carbono neutralidad). A continuación, profundizamos en cómo funciona este mercado y cuál es su papel en las estrategias corporativas de sostenibilidad.
El mercado voluntario de carbono ha experimentado un crecimiento constante. En 2022, alcanzó un valor anual cercano a los 2.000 millones de dólares, lo que ha llevado a una mayor diversidad y complejidad dentro del mercado. Los créditos de carbono voluntarios varían considerablemente en atributos como el tipo de proyecto, sus cobeneficios, el programa de acreditación y la antigüedad del crédito. Los créditos más recientes son especialmente atractivos, debido a mejoras de las metodologías de acreditación en términos de salvaguardias sociales y ambientales. Esto los convierte en opciones preferidas para las entidades compradoras, que quieren garantizar la integridad de los créditos adquiridos.
El tipo de mitigación del proyecto es otro factor importante para los compradores de créditos. Existen dos tipos de mitigación en los proyectos para emitir créditos de carbono:
Estos proyectos producen créditos basados en la diferencia resultante de emisiones alcanzadas por la ejecución del proyecto. Por ejemplo, la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables. El cambio a fuentes renovables como la eólica o la solar puede ayudar a descarbonizar la matriz energética y las emisiones evitadas de esa transición serían la base para calcular el número de créditos de carbono generados.
Estos proyectos, por otro lado, retiran las emisiones de carbono de la atmósfera y las almacenan para evitar que se liberen de nuevo. Estos proyectos pueden tener un enfoque de solución basado en la naturaleza, como la forestación/reforestación o un enfoque basado en la tecnología, como la captura y almacenamiento de carbono. La eliminación de carbono se ha hecho muy popular en los últimos años: el número de créditos vendidos alcanzó los 5,5 millones en enero de este año, con lo cual superó en más de siete veces el total de créditos vendidos un año antes.
Sin embargo, tanto los proyectos de reducción como los de remoción deben ser muy estrictos en el desarrollo de las actividades para garantizar una alta integridad en los créditos de carbono. En el contexto de los mercados de carbono, la integridad hace referencia al cumplimiento de diferentes procesos para generar créditos de calidad. Si estos procesos se omiten, el comprador puede estar exponiéndose a riesgos reputacionales por el uso de créditos de baja calidad.
A medida que crece el mercado voluntario del carbono, en los últimos años han surgido controversias en torno a la legitimidad de los créditos de carbono, debido a sobreestimaciones en la reducción de emisiones alegada por los proyectos de mitigación, la gobernanza de los créditos y sus cobeneficios para el desarrollo sostenible, lo cual ha impulsado a los compradores de créditos a exigir un mayor rigor antes de adquirirlos. Para evaluar la integridad de los créditos de carbono, el Consejo de Integridad para el Mercado Voluntario de Carbono (ICVCM, por sus siglas en inglés) ha establecido 10 principios básicos del carbono (CCP, por sus siglas en inglés) para identificar los créditos de carbono de alta integridad.
El ICVCM ha estado evaluando programas y metodologías de créditos de carbono para validar el cumplimiento de estos principios. Los programas que los cumplan podrán utilizar una etiqueta CCP en los créditos de carbono. Actualmente, el ICVCM ha recibido la aplicación de 9 programas, de los cuales ya ha aprobado 5 en 2024.
Estas son algunas consideraciones que deberías contemplar para el uso de créditos en la estrategia climática de tu empresa:
Incluir la compensación en tu estrategia de mitigación del cambio climático: la compensación actúa sobre las emisiones pasadas, mientras que una estrategia Net Zero basada en la ciencia actúa sobre las emisiones futuras de carbono. La combinación de ambas proporciona acciones sólidas y ambiciosas alineadas con las necesidades globales de descarbonización y las demandas del mercado.
Comprobar los antecedentes de los créditos de carbono: el análisis de precios debe ir acompañado de la debida diligencia de las fuentes de créditos de carbono, el trabajo en el proceso de acreditación y los impactos sociales y medioambientales implicados. Una comprobación rigurosa de los antecedentes puede mitigar los riesgos para la reputación de la organización. Puedes contactar a terceros independientes si es necesario.
Utilizar créditos de remoción para neutralizar las emisiones de carbono residuales: los créditos de carbono de reducción y de remoción son diferentes. Si la compensación se utiliza para neutralizar las emisiones residuales, solo los créditos de los proyectos de remoción serán válidos para alcanzar las emisiones Net Zero.
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