Tras la Conferencia de París en 2015, los líderes empresariales salieron con un renovado sentido de propósito y una clara orientación hacia la descarbonización. De hecho, la 27ª Encuesta Global Anual de Presidentes PwC revela que la reducción de emisiones sigue siendo una prioridad para muchos altos ejecutivos. Al preguntarles sobre medidas de mitigación, como la mejora de la eficiencia energética y la innovación de productos y servicios respetuosos con el clima, la gran mayoría de los 4.702 encuestados afirmaron que sus empresas ya habían implementado o estaban en proceso de ejecutar estas medidas.
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Nota: Los porcentajes indicados pueden no sumar 100 debido al redondeo.
Fuente: 27ª Encuesta Global Anual de Presidentes PwC
Según indica el gráfico, el panorama se torna más confuso. Tres prioridades adicionales, cada vez más urgentes, como adaptarse al cambio climático, asegurar que la transición energética no excluya a ninguna parte interesada y gestionar la dependencia y el impacto en la naturaleza, no están siendo abordadas con el mismo grado de atención por parte de los líderes empresariales.
En el Informe sobre Riesgos Mundiales 2024 del Foro Económico Mundial, dos tercios de los encuestados señalan que las condiciones meteorológicas extremas representan el riesgo que podría desencadenar una crisis a escala global el próximo año. Sin embargo, sorprendentemente, solo la mitad de los directores ejecutivos, o incluso menos, indican que están integrando el riesgo climático en sus estrategias de resistencia, en la planificación financiera o en las medidas para salvaguardar sus activos físicos y su fuerza laboral contra las perturbaciones climáticas. Únicamente el 12 % de los directores ejecutivos reportan estar altamente expuestos a las amenazas climáticas.
Además, se observa una falta de urgencia similar en relación con el riesgo natural. Se estima que el 55 % del PIB mundial depende moderada o altamente de los ecosistemas naturales. Sin embargo, dado el bajo porcentaje de directores ejecutivos que invierten en soluciones basadas en la naturaleza, esta dependencia es algo que muchas empresas aún no han reconocido plenamente.
En los años posteriores a la firma de los Acuerdos de París, se ha observado cómo el papel de los responsables de Sostenibilidad se ha vuelto más crítico y complejo. Aunque cada empresa es única, hay una verdad que se aplica a casi todas: los directores de Sostenibilidad no pueden enfrentar los desafíos solos. Es necesario que trabajen más allá de los límites tradicionales de la gestión y las unidades de negocio, e incluso de los confines de la empresa y del sector, con el fin de integrar completamente todas las acciones climáticas en la estrategia y planificación empresarial. Este nivel de colaboración se basa en varios principios e imperativos esenciales.
Temas como la adaptación, el desarrollo de habilidades y la gestión de riesgos naturales no están recibiendo la inversión necesaria a nivel global. Los directores financieros, dada su experiencia en asignación de recursos, gastos de capital a largo plazo y fusiones y adquisiciones, pueden convertirse en poderosos aliados para integrar estas acciones en el ADN financiero y estratégico de una empresa. Un recurso que los directores financieros pueden aprovechar es el creciente cuerpo de investigación disponible.
Las empresas han avanzado considerablemente en la identificación y medición de sus emisiones de Alcance 3. Los directores de Sostenibilidad con una visión a futuro están aplicando este enfoque a lo largo de toda la cadena de valor, abordando la adaptación, el riesgo natural y las necesidades de los trabajadores y otras partes interesadas. ¿Dónde exactamente se encuentra la vulnerabilidad en tu cadena de valor? ¿En qué aspectos se está dando por sentado un recurso, como el agua abundante y gratuita de un acuífero, que podría agotarse con el tiempo?
Un informe publicado en enero de 2024 por PwC, en colaboración con el Foro Económico Mundial, destaca que muchas medidas destinadas a reducir la demanda energética son sorprendentemente factibles, asequibles e incluso rentables. Por lo tanto, es importante buscar soluciones infrautilizadas como estas y considerar los co-beneficios asociados. Por ejemplo, algunas acciones de descarbonización pueden generar ventajas adicionales en términos de adaptación y gestión de riesgos naturales.
Marcos regulatorios como la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa y el reciente Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera Relacionada con la Naturaleza establecen objetivos de información con respecto al impacto social, la biodiversidad y otros factores que los responsables de Sostenibilidad deben abordar cada vez más. Las directrices de estas normativas pueden servir como una hoja de ruta para los ejecutivos, ayudándoles a integrar las prioridades que a menudo son pasadas por alto en la estrategia empresarial.
La buena noticia es que se observan signos alentadores de que empresas, industrias y gobiernos están ampliando su visión de la acción climática. Se están introduciendo nuevos productos de seguros que protegen las perturbaciones climáticas, así como inversiones de capital privado en empresas que desarrollan tecnologías centradas en la resiliencia climática. Además, el plan "30 para 30" de la conferencia sobre biodiversidad de Montreal en 2023, que se compromete a designar el 30 % de la tierra y el agua del planeta como zonas protegidas para 2030, se presenta como una herramienta potencial para ayudar a las organizaciones y los directores de Sostenibilidad a crear el tipo de coaliciones eficaces que harán realidad una acción significativa.
Este artículo está basado en el artículo “For CSOs, decarbonisation is just the beginning” de PwC Global. Esta versión es organizada y revisada por PwC Colombia.