¿Cómo sabe una compañía si una transformación Agile está funcionando? Es una pregunta difícil. Una transformación Agile toma tiempo para impulsar la reducción de costos o el crecimiento de los ingresos. E incluso cuando una compañía ve nuevas eficiencias de costos o un repunte en las ventas, puede ser sumamente difícil atribuir cualquier éxito directamente a Agile.
Por ello, las oficinas de transformación Agile tienden a crear métricas como “unidades de negocio tratadas” o “número de empleados entrenados”. Al hacerlo, a veces luchan para medir y articular el impacto real del negocio. En nuestra experiencia, las ATO más exitosas incorporan tres tipos de métricas desde una fase temprana y toman un enfoque de inicio a fin para el seguimiento del desempeño. Al principio, las métricas de progreso de la transformación (como la penetración de Agile en la organización; el número de unidades de negocio, equipos y personal cubierto; el número de empleados entrenados; y el número de personas certificadas en Agile) proporcionan indicadores de lo bien que está progresando la transformación. A medida que los equipos comienzan a operar con ritmos de Agile, las métricas de ejecución (como velocidad, tiempo de ciclo, volatilidad e índice de defectos) se vuelven más importantes. Una vez que los productos se han puesto en marcha, las métricas de valor empresarial (como ingresos, beneficios, costos e índice de recomendación del cliente) cuentan una historia del impacto integral en el negocio.
Con estas mediciones, la clave para los líderes es reconocer cualquier alerta temprana de problemas que deban solucionarse.
En un banco de consumo regional con sede en Estados Unidos, los líderes de la ATO trataban de entender cómo las actividades de transformación Agile contribuían a los resultados del negocio. Así que la oficina decidió definir un nuevo conjunto de KPIs, los cuales incluían el número de equipos Agile operativos, el número de lanzamientos a producción al mes para las plataformas principales y el número de defectos al mes.
La compañía estableció una línea base para los KPI y una meta a 12 meses, midiendo las métricas mes a mes e identificando las áreas que necesitaban mejoras. Hubo algunas métricas para las que el equipo no pudo asignar objetivos al principio, pero de todos modos las midieron e identificaron las metas para ellas a medida que comenzaban a comprenderlas mejor.
Esto ayudó a la ATO a elaborar un caso para la inversión continúa mostrando los progresos que habían realizado en varias áreas, como la disponibilidad de aplicaciones, el número de mejoras mensuales para las plataformas principales y el número de equipos que automatizaron la integración y la entrega continuas.