La creciente preocupación por el cambio climático y los avances tecnológicos están alimentando un boom de inversiones en tecnología climática. En 2021, US$87,500 millones de dólares de financiación de capital de inversión fluyeron hacia el amplio conjunto de negocios que incluye los vehículos eléctricos, la alimentación y la agricultura, y la eliminación del carbono. Pero hay un desajuste importante. Los sectores con mayor potencial para eliminar la mayor cantidad de carbono del aire, que incluyen la energía solar y eólica, la producción de hidrógeno verde y la agricultura, han recibido alrededor del 25% de la financiación en los últimos ocho años, a pesar de que representan más del 80% del potencial de reducción de emisiones hasta 2050. En cambio, la movilidad y el transporte, que representan solo el 16% de las emisiones, recibieron el 61% de la financiación total. De cara al futuro, los dirigentes deben canalizar los recursos hacia los ámbitos que más pueden reducir las emisiones. Esto puede requerir un cambio de mentalidad: alargar los horizontes temporales de los rendimientos, crear mercados de forma proactiva a través de estrategias de compra y desarrollar nuevas asociaciones público-privadas que disminuyan el riesgo para los primeros en las tecnologías no probadas. Cerrar la brecha de financiación del carbono puede acelerar el ciclo de inversión para la próxima generación de innovaciones en tecnología climática, lo que sería una buena noticia para los inversores, las empresas y el planeta.