Fuera de las industrias más intensivas en carbono, son muy pocas las empresas que examinan con suficiente detenimiento los riesgos físicos que el cambio climático supone para sus empresas. Y estos riesgos pueden ser reveladores. Un ejemplo: un conglomerado se enteró de que los fenómenos meteorológicos extremos podrían costarle varios cientos de millones de dólares al año a partir de 2030. La mayor parte de la exposición al riesgo de la empresa se encuentra en su cadena de suministro, y fuera de su control directo.
Estas lecciones fueron el resultado de una evaluación basada en escenarios para determinar la vulnerabilidad de la empresa a diversos riesgos climáticos. Utilizando un marco desarrollado por el Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera Relacionada con el Clima, los dirigentes de la empresa identificaron varias docenas de riesgos más relevantes para la situación de la empresa y exploraron cómo podrían cambiar sus perspectivas bajo diferentes escenarios de calentamiento. El análisis se convirtió en una serie de mapas de calor para las principales unidades de negocio de la organización (incluido el gráfico que se muestra aquí). Además del potencial de disminución de los ingresos, la empresa identificó un puñado de sitios de proveedores clave que se enfrentaban a un alto potencial de inundación y otro conjunto que corría el riesgo de sequía.
Como parte de las discusiones posteriores del equipo directivo, la conversación se extendió más allá de la gestión de los riesgos a los que se enfrentaba la empresa para examinar cómo podría convertirlos en oportunidades. Aunque estas conversaciones continúan, uno de los resultados fue un nuevo enfoque en los esfuerzos de I+D para desarrollar productos ecológicos. Los dirigentes también reconocieron la necesidad de diversificar, y la empresa está buscando oportunidades en un mercado adyacente pequeño, pero de rápido crecimiento.