Consideraciones fiscales y legales iniciales de cara a una reestructuración empresarial

En el contexto de las transacciones locales e internacionales, los actores económicos deben tomar decisiones para implementar las estrategias comerciales que han sido trazadas por su equipo directivo. Como parte de dichas estrategias se vuelve necesario desarrollar diferentes tipos de esquemas como lo pueden ser, expansiones, incursiones en otros mercados, simplificaciones de su estructura societaria, fusiones y adquisiciones o disposiciones del negocio en su totalidad. 

En el marco de estas necesidades, es necesario tener presente las implicaciones fiscales y legales que surgen de los movimientos de los activos que forman parte del haber de una empresa o grupo multinacional. Entre estos activos es posible mencionar mercancía, propiedad intelectual, equipos, maquinaria, terrenos, edificios y acciones. Dichos activos pueden ser objeto de ventas a un tercero, reorganización dentro del mismo grupo empresarial o de una fusión con otro grupo empresarial, por mencionar algunos ejemplos comunes.  

Cuando es necesario realizar alguno de los diferentes movimientos que exige la realidad de los mercados nacionales e internacionales, se requiere de un amplio conocimiento en cuanto a aspectos formales y materiales que es indispensable tomar en cuenta para llevar a cabo de manera efectiva el plan que habría sido trazado por los líderes dentro de una organización empresarial. Para ello, se debe conocer a priori las etapas del ciclo de reestructuración con la finalidad de preparar y ejecutar efectivamente dichos planes. El presente artículo procura abordar los puntos iniciales más importantes a tomar en cuenta para planificar una reorganización empresarial efectiva.

Conocer las opciones establecidas en la normativa

En primer lugar, es importante conocer qué opciones ofrece la normativa para realizar una potencial reestructuración. En general, las opciones más comunes pueden ser realizar una disposición de acciones o una venta de los activos que puede poseer un ente económico; sin embargo, existen un número importante de elementos a tomar en cuenta previo a tomar esa decisión. Por ejemplo, es posible que una determinada jurisdicción permita realizar una fusión entre empresas sin generar implicaciones fiscales en aplicación de la normativa; o bien, que exista la posibilidad de obtener un mejor rendimiento fiscal a futuro por medio de la compra de una empresa que posee créditos fiscales (en lugar de simplemente realizar una adquisición de los activos que esa empresa pueda poseer). Para ello, es fundamental conocer todas las opciones incluidas en la normativa de una jurisdicción (o grupo de jurisdicciones), con la finalidad de tener certeza de que se ha elegido la opción más eficiente. 

Por lo anterior, se deben conocer todas las opciones y las experiencias que se han obtenido con cada una de ellas, con el componente añadido que cada tipo de industria puede llegar a tener reglas (o beneficios) diferentes. Por ejemplo, puede aplicar una menor tasa con respecto a la ganancia de capital en la disposición de acciones de una empresa que se encuentra bajo un determinado régimen fiscal, que las acciones de una empresa bajo un régimen fiscal especial.

Estado actual de la empresa

En simultáneo, es necesario conocer la situación actual de todos los actores antes de tomar una decisión sobre el mejor curso de acción, lo cual, a la par de las opciones que indica la normativa, contribuirán a tomar una decisión lógica. Por ejemplo, será poco útil conocer únicamente que es posible realizar una escisión de una empresa sin generar implicaciones fiscales, si realmente el estado actual de la empresa, de cara a las obligaciones actuales que tiene con el fisco, no lo permitiría. 

En este tema vale la pena resaltar que, aún cuando un enfoque común han sido las revisiones en detalle de las operaciones fiscales y legales de una empresa previo a su adquisición (mejor conocido como un proceso de Due Diligence), se puede comentar que algunos operadores económicos han pasado a solicitar una revisión más expedita de Banderas Rojas (o red flag), considerando una revisión de aspectos que (a su criterio) podrían impedir la viabilidad de la transacción; o incluso, una revisión de escritorio (también conocida como un Desk Review) que implica una revisión simplificada de las obligaciones del potencial target. 

Criterio de las Autoridades

En algunos casos, considerando los precedentes emitidos por las diferentes Autoridades Tributarias, es posible conocer a priori los lineamientos que se deben seguir para aplicar la normativa de una forma que se encuentre en línea con la expectativa de las Autoridades. Si bien no siempre se cuenta con este tipo de apoyo didáctico, el conocimiento de los pronunciamientos realizados y su aplicación al caso en concreto, pueden significar un ahorro significativo de tiempo y recursos, especialmente en el largo plazo, cuando los potenciales alcances que pueden ser realizados por las Administraciones Tributarias surjan.

Cronograma de actividades

Otro punto a tener en cuenta es el cronograma de actividades el cual normalmente se plantea considerando la fecha en la que se debe haber concluido la reestructuración deseada. En ese sentido, se debe reservar un lapso de tiempo para analizar las implicaciones de una transacción y otro para efectivamente llevar a cabo la reestructuración, puesto que realizar ambas actividades de forma simultánea puede acarrear un retraso significativo cuando se vuelvan evidentes las banderas rojas que surgen durante la etapa de conocimiento de las implicaciones. 

Experiencia multinacional

Adicional a lo anterior, es común que una reorganización empresarial se lleve a cabo en múltiples fronteras de una forma simultánea, por lo que se anticipa un mayor grado de planificación previa por los detalles minuciosos que puede significar el análisis de la normativa fiscal y legal en diferentes jurisdicciones. Específicamente, en caso de que dicha reorganización implique transferencias indirectas de un activo ubicado en un país donde se grave la transferencia indirecta, y la misma se realice a valores de mercado ajustado vs a valor contable, esto posiblemente implicaría una posible ganancia de capital en el país donde el activo esté situado, incluso si la misma se realiza dentro de un mismo grupo multinacional.

Es también importante aclarar la definición de una transferencia ya que esto incluye los conceptos de distribución de dividendos en especie, aportes/ contribuciones en especie, escisiones y fusiones donde haya un cambio de dueño.

En síntesis, los puntos indicados anteriormente se consideran un punto de partida óptimo para comenzar a desarrollar un esquema viable que produzca una reestructuración ordenada; sin embargo, organizarlos y llevarlos a cabo efectivamente pueden presentar un reto, especialmente considerando la experiencia necesaria para cada caso en particular, por lo que contar con la guía adecuada es menester para poder cumplir con el objetivo principal de cada operador económico. 

Autor: Jorge Zamora, Tax & Legal Services - International Tax and Legal Services Manager, PwC Panamá

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