Pensando en el siguiente paso

Cómo hacerle frente a la crisis por COVID-19 y su impacto en los negocios

Casi ninguna organización es inmune a las crisis; estas tienen un impacto multifuncional, crean interrupciones en las operaciones normales y tienen el potencial de dañar la reputación.  La preparación ante potenciales crisis de alto impacto posible y alta probabilidad de ocurrencia tiene un papel crucial para que las empresas puedan emerger más fuertes tras una crisis; si bien casi siempre se asocia la palabra crisis con efectos negativos, es posible generar efectos positivos si se manejan adecuadamente.

La pandemia global del nuevo coronavirus y la enfermedad COVID-19 es una crisis que presenta un desafío importante para las personas, los sistemas de salud, la economía y las organizaciones.  Estamos ante una situación nueva en la que el mundo de los negocios está cambiando, donde se han dado momentos de restricción y levantamiento de restricciones en diferentes momentos y esto genera la necesidad de enfrentar el impacto en los elementos clave de la organización.

Ante esta emergencia de salud, el deber de cuidar a las personas ha tomado relevancia y ha girado la prioridad de los gobiernos y del mundo empresarial hacia la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores, sus familias y la sociedad en general.

Sin embargo, el impacto en la economía y los negocios es inevitable. 

Al evaluar el impacto del COVID-19 en las organizaciones, es importante poner foco en los siguientes elementos clave:

·        Fuerza laboral – proteger a la gente.

·        Operaciones y cadena de suministro – mantener la continuidad del negocio y proteger el flujo de materias primas, insumos y productos terminados.

·        Impuestos e intercambio comercial – entender y administrar las implicaciones fiscales y comerciales y su impacto en el flujo de efectivo.

·        Finanzas y liquidez – gestionar las finanzas y la liquidez, determinar las implicaciones contables y atender los requisitos reglamentarios de reportería financiera.

·        Estrategia y marca – definir y ejecutar la estrategia para proteger la marca de la empresa y para emerger más fuerte cuando se reestablezcan los negocios.

En la situación actual del impacto de COVID-19, la definición de la estrategia para emerger más fuerte tiene como punto de partida los escenarios del comportamiento de la pandemia con base en los contagios esperados en los mercados en que se opera.  Estos escenarios, por ejemplo, pueden mostrar: varios picos de contagio cortos y contenidos, pico de contagio rápido y muchos casos, o pico de contagio lento con menos casos a través de un periodo de tiempo prolongado.  Este último escenario se considera el más beneficioso para los sistemas de salud y para la población, pero tiene un impacto muy alto en los negocios pues generalmente conlleva restricciones por más tiempo.  Los modelos y escenarios de contagio varían en cada país y región, por lo que se debe usar como referencia los hechos y proyecciones establecidas por las autoridades del país donde se opere.

En los países de nuestra región, la mayoría de los gobiernos ha establecido regulaciones y políticas dirigidas a “aplanar la curva” y apegarse lo más posible al escenario que muestra un pico de contagio lento y prolongado.  Para lograr este resultado algunos países han establecido medidas muy restrictivas con toques de queda y limitaciones totales de movimiento, hasta las menos restrictivas en las cuales, por ejemplo, se limitan el movimiento en ciertos horarios y se restringen las aglomeraciones en lugares públicos.

Una vez identificado el escenario para el país en el que opera, se debe evaluar el impacto en el negocio (bajo, medio, alto) y definir escenarios de evolución probable, con base en las implicaciones de la pandemia en cada uno de los cinco elementos clave mencionados. 

Estos escenarios se usan de base para ejecutar ciclos iterativos y ágiles de preparación y respuesta, de acuerdo con el comportamiento de la pandemia y su efecto en los negocios:

El enfoque de la respuesta varía en el tiempo; en una primera fase (Movilización) el enfoque es en las personas, en la protección y seguridad de la fuerza laboral ante el virus, para que los colaboradores se sientan seguros e informadas sobre lo que está sucediendo. 

En una segunda fase (Estabilización) el enfoque se centra en el negocio, en cómo preparar la empresa para posibles “olas” de restricciones para contener la propagación del virus. 

Y en la tercera fase (Acciones Estratégicas), “el día después” de la crisis, el enfoque es en la “nueva normalidad” y la definición de estrategias para emerger de ella.

En la región hemos identificado que nuestros clientes dedicaron las primeras semanas de marzo, cuando se detectaron los primeros casos de infección, a revisar y / o establecer planes de continuidad de negocios, establecer equipos de respuesta a la crisis y establecer, para aquellos trabajos que lo permiten, trabajo remoto.  En estos momentos muchas de estas empresas se encuentran en la segunda etapa de respuesta, desarrollando respuestas tácticas y tratando de navegar la nueva normalidad de los negocios bajo el COVID-19, respondiendo a situaciones que se puedan presentar en el día a día, así como evaluando programas estatales de ayuda y estímulo.

Muchas de las acciones que se tomaron inicialmente, así como algunas de las que se están tomando en estos momentos, se tendrán que valorar y volver a implementar conforme se avance en los ciclos iterativos de preparación y respuesta.  

También, las empresas que tienen operaciones en varios países en la región tendrán que tomar acciones y responder de acuerdo con las medidas que cada gobierno vaya adoptando; en algunos países se irán levantando restricciones antes que en otros países y esto obliga a definir estrategias diferentes en cada país.

Mantenerse enfocados, definir responsabilidades, establecer uno o varios equipos de respuesta puede parecer elemental, pero en una crisis las tareas básicas se vuelven abrumadoras rápidamente; esta situación hace que la empresa entre en estado reactivo, jugando a la defensiva y tratando sólo de sobrevivir. 

La definición y evaluación de escenarios y de ciclos de preparación y respuesta ágiles, flexibles y con acciones específicas ante estos escenarios se vuelve crucial para mantener el enfoque y emerger de la crisis; así se prepara continuamente a la empresa para el siguiente paso, con la mirada en el día después y sin perder de vista a las personas.

 

Kathleen Nanne

Directora de Consultoría, PwC Costa Rica

 

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