Las obligaciones de cumplimiento global, incluidas las disposiciones fiscales y las declaraciones locales, ya son excepcionalmente complicadas y exigentes para los departamentos fiscales y los administradores. La complejidad, la novedad y la incertidumbre asociadas al segundo pilar agravan estos retos. En decir, esta revisión del marco fiscal internacional es una tarea de gran magnitud para los departamentos fiscales, contables y financieros, que ya están muy dispersos.
En esencia, el Segundo Pilar previene el traslado de beneficios garantizando que las empresas multinacionales (EMN) paguen una tasa mínima efectiva de impuestos del 15% de los beneficios en todos los países en los que operan. La Unión Europea ha adoptado formalmente el Segundo Pilar, al igual que Corea del Sur y Japón, mientras que otros países siguen proponiendo y promulgando legislación a lo largo de 2023. Se prevé que hasta 140 países apliquen el Segundo Pilar en los próximos meses.
El Segundo Pilar es un cambio en la legislación fiscal y como cualquier otro cambio en la ley: Para operar legalmente en un país que ha adoptado el Segundo Pilar, una EMN tiene que cumplir con los trámites fiscales necesarios y considerar las implicaciones sobre su provisión fiscal con prontitud. Entonces, ¿por qué el Segundo Pilar representa un desafío desproporcionadamente grande en comparación con otros cambios fiscales que las empresas normalmente asimilan?
En primer lugar, el Segundo Pilar contribuye de manera significativa al cálculo e informes de impuestos, sumado a un proceso de cumplimiento fiscal que ya es sumamente complejo para la mayoría de las empresas multinacionales.
Con el tiempo, se necesitará un nuevo cálculo tributario global en los territorios donde una EMN tenga presencia, y es probable que haya variaciones en las normas a medida que los países incorporen versiones similares en sus leyes nacionales, lo que complicaría el proceso de cálculo.
En segundo lugar, el Segundo Pilar se fundamenta en una base tributaria totalmente nueva, y los cálculos implicarán el uso de datos que las empresas no incorporan en sus procesos de cumplimiento fiscal. El segundo pilar exige efectivamente llevar un nuevo conjunto de libros y establecer todos los procesos necesarios para mantener esos libros.
En último lugar, se dispone de poco tiempo para prepararse ya que las nuevas normas serán efectivas el 1 de enero de 2024. Se espera que muchas entidades reguladoras, como el Consejo de Normas de Contabilidad Financiera en EEUU (CNCF) y el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (CNIC), dictaminen que el Segundo Pilar pueda ser considerado de manera periódica, lo que significa que los contribuyentes del año natural deberán mostrar sus resultados en los informes del primer trimestre de 2024. El CNIC también ha propuesto normas que podrían requerir divulgación de los informantes de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) en 2023.
El cumplimiento de las nuevas declaraciones fiscales anuales será necesario a finales de 2024 y algunos territorios pueden exigir pagos estimados a lo largo de 2024. Por lo tanto, el plazo para establecer la de datos, tecnología y procesos para el cumplimiento global y legal es de meses, no de años.
Los miembros de las junta directiva y los dirigentes de las EMN deben asegurarse de que sus organizaciones avancen hacia el cumplimiento del Segundo Pilar reconociendo plenamente el esfuerzo necesario de adopción. Se necesita empezar con un equipo multifuncional para identificar un plan de ejecución que incluya la disposición operativa, la estrategia de datos y el análisis cuantitativo.
Es probable que sea necesario realizar una transformación de sistemas y procesos en la EMN para mantener los requisitos de informes y cumplimiento del Segundo Pilar, una vez entre en vigor. Los equipos tendrán que incluir no sólo a los integrantes del área fiscal, sino también de sistemas, finanzas y contabilidad. El futuro debe incluir una estrategia de datos integral, procesos tecnológicos que faciliten el flujo informativo, tecnología nueva o mejorada, un mecanismo de cálculo, un modelo de recursos, un plan de cumplimiento conectado y una gobernanza eficiente.
Identificar los requisitos de datos y desarrollar una estrategia integral de datos deben ser los primeros pasos que los contribuyentes deben tomar para prepararse para el Segundo Pilar. Para aprovechar información valiosa en tiempo real, una EMN deberá implementar un proceso integral, eficaz y automatizado que permita extraer, limpiar y organizar los datos. El modelo de datos es posiblemente uno de los aspectos más exigentes y desalentadores para garantizar la preparación.
Calcular los impuestos para cada entidad dentro de la EMN será sumamente complejo, ya que es probable que existan normas locales e interpretaciones del Segundo Pilar diferentes. Las empresas multinacionales tendrán que determinar cómo realizar estos cálculos para anticiparse al riesgo y actuar con confianza a la hora de abordar el sistema fiscal mundial de múltiples territorios. En la mayoría de las empresas requerirá un equipo global con una amplia experiencia en impuestos internacionales, que por lo general no se encuentra en el departamento fiscal de una empresa o en las empresas tecnológicas que respaldan la estrategia de datos.
Las EMN deberán contar con una capacidad de cálculo iterativa que esté configurada para soportar las diferentes variaciones e interpretaciones de las normas del Segundo Pilar en los distintos países y que sea flexible a medida que dichas normas sigan evolucionando. Además, el mecanismo de cálculo debe tener la capacidad de operar a gran escala, dados los exhaustivos requisitos de datos, las relaciones entre datos y las normas.
El cumplimiento tributario internacional nunca ha sido una tarea fácil. Se necesitan abundantes recursos para abordar la complejidad y asegurar el cumplimiento local a nivel global.
Dado que el Segundo Pilar es totalmente nuevo, y se suma al trabajo existente, este podría tener un impacto generalizado en el modelo operativo financiero de una organización y duplicar razonablemente los costos de cumplimiento fiscal de una EMN.
Los miembros de las juntas directivas y los dirigentes de las EMN deben considerar este cambio de la legislación fiscal de manera diferente a los que han manejado eficazmente en el pasado. Si aún no lo han hecho, es vital empezar ahora identificando a los interesados adecuados, desarrollando una estrategia de datos y construyendo un modelo de datos, seleccionando el mejor mecanismo de cálculo para determinar las responsabilidades fiscales tanto globales como locales, y adicional abordando los cambios en el modelo operativo necesarios para mantener el cumplimiento a largo plazo. Es probable que esto implique crear una comunidad diversa de solucionadores que aporten conocimientos de dentro y fuera de la organización.