El mundo enfrenta una serie de crisis existenciales, incluyendo el cambio climático, la escasez de los recursos naturales, la desigualdad de ingresos y un sistema global de salud deficiente. A estas crisis las llamamos crisis exponenciales porque se caracterizan por una serie de ciclos de retroalimentación que crean círculos viciosos y, a su vez, se intensifican mutuamente. La pobreza conduce a la falta de acceso a un buen sistema de salud, exacerbando así la crisis sanitaria. El cambio climático conduce a la inseguridad alimentaria, lo que resulta en un aumento de la pobreza y amplifica las crisis relacionadas con la necesidad. Es más, estas crisis se ven intensificadas por poderosos multiplicadores de amenazas que están profundamente arraigados en nuestros sistemas industriales y sociales; por ejemplo, las emisiones de CO agravan el cambio climático. Estos multiplicadores de amenazas pueden impedir que los que buscan resolver los problemas avancen.
Las soluciones a estas crisis exponenciales (o al menos componentes de las soluciones) están al alcance de nuestras manos. Si las principales organizaciones a nivel mundial aprovechan adecuadamente estas soluciones, podrían conducir a un progreso transformador. Existe una sensación generalizada de que las empresas, en su búsqueda de ganancias y sus prácticas habituales de operación, han creado y agravado muchas de las crisis. Sin embargo, esta perspectiva refleja una visión obsoleta tanto del potencial como del propósito de la empresa moderna. Ya sea la mecanización de la agricultura que resolvió el problema de la escasez, la llegada de la electricidad que proporciona inmensos beneficios a la calidad de vida de las personas o la revolución informática que permitió una mayor conectividad, los avances empresariales siempre han contribuido a la solución de los problemas de la sociedad.
La habilidad de las empresas para resolver problemas sociales es la base de un proyecto de investigación que hemos emprendido con el objetivo de comprender sistemáticamente cómo puede desarrollarse esta dinámica y lo que está en juego. Queda claro que bajo ciertas condiciones, las empresas pueden ser fuente de grandes avances y soluciones, aprovechando sus capacidades fundamentales: innovar, invertir, desarrollar productos y servicios atractivos.
En resumen, con la tecnología adecuada, un modelo de negocio correcto y trabajando con las contrapartes de manera apropiada, las empresas pueden impulsar la prosperidad y la salud mientras generan y capturan un valor inmenso. Las empresas que sobresalen en esta tarea son lo que llamamos “Catalizadores de cambio”. Estas abordan problemas exponenciales mediante el uso de tecnologías exponenciales, el desarrollo de modelos de negocio exponenciales y trabajando en diferentes ecosistemas. Seguir este camino, en lugar de centrarse en mejoras incrementales, acuerdos o eficiencias, simboliza una de las mejores opciones para crear valor y transformar el mundo.
Combinar el modelo de negocio y las tecnologías adecuadas crea valor