Tras varios años en los que los presupuestos y el número de empleados dedicados a la prevención de los delitos financieros se han disparado, los ejecutivos de los bancos y otras instituciones de todo el mundo empiezan a preguntarse qué obtienen a cambio del tiempo y el dinero invertidos.
La respuesta suele ser decepcionante, lo que lleva a renovar los esfuerzos de cumplimiento, esta vez, centrándose en la productividad más que en la escala.
Desde la crisis financiera mundial de 2008, las instituciones financieras se encuentran en general en una mejor posición en términos de cumplimiento y cobertura de riesgos, y es gracias a toda esa inversión. Además, en una función reguladora, la pregunta que los directivos tienen que hacerse no es si pueden arreglárselas con menos cumplimiento, sino lo que están pagando para alcanzar los niveles actuales, y si podrían obtener el mismo resultado, o mejor, con menores costos.
Según la experiencia de PwC, la mayoría de las instituciones financieras han emprendido algún tipo de viaje de transformación centrado en sus modelos de delincuencia financiera. Un enfoque exitoso adoptado por algunos de los clientes de PwC se basa en la excelencia de los procesos, en lugar de centrarse en la simple adición de recursos para hacer frente a sus desafíos de cumplimiento de los delitos financieros.
De 2015 a 2021, los costos mundiales del cumplimiento de la normativa se dispararon un 64%, hasta los 227.000 millones de dólares[1]; los bancos, las aseguradoras, las empresas de tecnología financiera y otras instituciones gastan ahora entre el 1,3% y el 2,5%[2] de los ingresos anuales en la prevención de la lucha contra la delincuencia financiera. Aunque al menos parte de ese aumento era ciertamente necesario en respuesta a la creciente presión de los reguladores, la ley de los rendimientos decrecientes ha entrado en acción, y ahora está claro que simplemente asignar más dinero al problema no va a ayudar. Por ejemplo, a pesar de los enormes costos que están soportando las instituciones financieras, la vigilancia tecnológica produce una media del 90% o más de falsas alertas positivas. En algunos casos, la cifra llega al 99%[3].
Así que aumentar el gasto no es la solución. Otro error común, y comprensible, es centrarse primero en la tecnología. No cabe duda de que la mejora de la tecnología tiene un papel crucial, pero es un elemento que facilita la transformación, no el motor principal.
Por el contrario, las instituciones deben revisar y renovar sus procesos desde la base, examinando los procesos desde el punto de vista de la productividad. De este modo, las instituciones podrán priorizar las intervenciones y acciones que les ayudarán a avanzar hacia la excelencia de los procesos.
En el trabajo de PwC con sus clientes, vemos cuatro formas en las que las organizaciones pueden crear oportunidades de valor en sus operaciones de prevención de delitos financieros:
1. Repasar el modelo operativo. La mejora de la productividad empieza por determinar qué trabajo se realiza, dónde y cómo. Para ello es necesario examinar cuatro macroprocesos: el conjunto de normas reglamentarias que definen el proceso, las fuentes de datos que lo alimentan, los resultados y el flujo de trabajo central que gestiona el proceso. Cada uno de ellos debe ser analizado y optimizado.
2. Construir una capacidad de mejora continua. Los estudios de PwC indican que menos de la mitad de las iniciativas de mejora del rendimiento alcanzan sus objetivos. Para que los cambios sean duraderos, las organizaciones deben adoptar un enfoque dinámico. Eso significa recopilar datos continuamente, observar los indicadores de rendimiento y los resultados de los procesos de cumplimiento de los delitos financieros, y utilizar ese conocimiento como base para ajustar los recursos y las inversiones de mejora.
3. Definir y medir. Defina cada proceso y microproceso y establezca formas de medirlos, centrándose en dimensiones como la mitigación de riesgos, el esfuerzo, el tiempo, los puntos de fricción, el volumen, el valor añadido, la experiencia del cliente y la calidad. Sólo así las instituciones financieras podrán comparar su rendimiento con los estándares y las mejores prácticas, y establecer prioridades sobre los aspectos que es más urgente mejorar.
4. Adoptar la analítica. Plantearse simplemente la sustitución de las tecnologías existentes sin intentar primero medir su rendimiento, y mejorarlo si es posible, puede conducir a un esfuerzo inútil. Algunas de las principales instituciones financieras han adoptado un enfoque más centralizado, creando centros para la ciencia de los datos y adoptando herramientas analíticas que les ayudan a abordar los retos de rendimiento. Esto les permite determinar el impacto de las palancas de productividad, lo que les permite aumentar la cobertura de riesgos y reducir las ineficiencias.
Basados en estos cuatro principios, PwC ha establecido un esquema para medir, analizar y aplicar conocimientos a los procesos de la delincuencia financiera, lo que nos permite ofrecer soluciones personalizadas y multidimensionales a nuestros clientes, que incluyen servicios gestionados. PwC adopta un enfoque basado en los datos, utilizando nuestras propias herramientas de análisis para realizar una evaluación comparativa y cualitativa de las operaciones contra la delincuencia financiera, lo que permite identificar las áreas en las que se espera que los cambios tengan un mayor impacto. También utilizamos nuestra experiencia en la prestación de servicios de operaciones contra la delincuencia financiera para nuestros clientes.
Esto se traduce en una evaluación cuantitativa, basada en el análisis de datos, de las áreas que pueden producir los mayores beneficios, vinculando las acciones al impacto. El último paso es diseñar programas de cambio que se centren en las palancas de la productividad, impulsando la eficacia y la eficiencia general.
Los controles de la delincuencia financiera están cada vez más interconectados y sólo alcanzan su máximo rendimiento cuando están coordinados, gestionados y medidos. Mediante el uso de la supervisión continua de la eficacia, la mejora del flujo de procesos, la implementación de herramientas digitales y el empleo de la tecnología para prevenir los delitos financieros, ayudamos a las organizaciones a aumentar la productividad en este campo.
Si usted y su organización han llegado a un punto en el que la adición de recursos a la lucha contra la delincuencia financiera no está mejorando los resultados, póngase en contacto para descubrir cómo PwC puede ayudar a reimaginar su operación con un enfoque en la entrega de la excelencia del proceso y el logro de la excelencia en los resultados.
2022