Tendencias que marcarán la gobernanza corporativa en 2024: cinco áreas a tener en cuenta

  • Mayo 22, 2024

En el año 2023, las economías nacionales y globales continuaron recuperándose de las interrupciones causadas por el COVID-19. El crecimiento laboral y aumento de la productividad llevaron a los economistas a revisar sus predicciones sobre la recesión. Las cadenas de suministro globales siguieron ajustándose debido a la guerra entre Rusia y Ucrania. Aunque un gobierno dividido en los Estados Unidos frenó cambios importantes en las políticas, esto resultó ser un alivio para algunos líderes empresariales que buscaban estabilidad. Sin embargo, los acontecimientos en Israel y Gaza presentaron riesgos geopolíticos y reputacionales para líderes empresariales y empresas.

Durante el último año, las juntas directivas se enfrentaron a nuevas presiones de los inversionistas, pautas de divulgación ESG y reglas de la SEC. Los fenómenos meteorológicos extremos han obligado a replantearse el emplazamiento y las cadenas de suministro, incluso cuando las estrategias relacionadas con el clima se han tambaleado ante los intermitentes cambios estatales y federales en materia de incentivos y normativas ecológicas. La agitación en las redes sociales perturbó las comunicaciones corporativas. Y el rápido ascenso de la IA generativa ha tenido un impacto profundo en las reinversiones de modelos comerciales ya en marcha.

Las juntas directivas no pueden anticipar un 2024 más tranquilo, sobre todo considerando la proximidad de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, lo cual añade complejidad a las decisiones corporativas y posturas en un entorno sumamente politizado. En este contexto, los directores tendrán que trabajar para mantenerse al día con las cuestiones que afectan a la supervisión.

A continuación, compartimos las cinco tendencias a observar durante el 2024.

1. Un entorno geopolítico tenso

Se prevé que el entorno económico y político nacional y global inestable genere una intensa incertidumbre. Las tensiones geopolíticas persistirán, con los impactos de la guerra en Ucrania, los eventos en Israel y Gaza y la violencia estallando en todo el mundo. El reciente éxito electoral de líderes políticos populistas sugiere preocupaciones continuas o incluso empeoramiento de la opinión pública sobre la inmigración y la seguridad, a pesar de que el cambio y eventos climáticos obligan a migraciones de población.

2. El creciente protagonismo de la economía ESG

Aunque el concepto ESG se haya convertido en un objetivo para activistas y funcionarios conservadores, los líderes empresariales no pueden subestimar cómo el clima, el capital humano y las prácticas éticas afectan las cadenas de suministro, las bases de clientes, la disponibilidad de materiales y más. La sostenibilidad tiene un impacto cada vez mayor en el resultado final. Es claro que las juntas directivas están evolucionando, dejando de enfocarse exclusivamente en la regulación para indagar a la gerencia sobre qué medidas está tomando la empresa hacia la sostenibilidad, y cómo esas medidas afectarán al negocio.

3. El aumento del activismo de los accionistas

Las noticias pueden ser menos frecuentes y menos llamativas, pero los accionistas que promueven cambios en la empresa como activistas están retomando acciones a niveles previos al COVID-19. La delegación universal de poderes ha generado incertidumbre en las juntas directivas, al mismo tiempo que ha brindado oportunidades e influencia a los activistas. La experiencia demuestra que estos pueden obtener concesiones e incluso lograr puestos en el consejo de administración al acercarse a la empresa.

No obstante, enfrentarse a una posible lucha por el poder parece ser más riesgoso, según lo indicado por la muestra limitada de los meses transcurridos desde la institución del poder universal, a pesar de que en algunos casos los activistas hayan sido rechazados. En todas estas situaciones, un elemento común destaca: la atención se ha enfocado cada vez más en los directores individuales.

4. Reforzar la integración de la estrategia y la gobernanza del riesgo

Todas las amenazas mencionadas, entre otras más, están cambiando el panorama del riesgo, con más rapidez y dramatismo. Además, las empresas se enfrentan a tecnologías innovadoras y situaciones inesperadas que mezclan riesgos y oportunidades, desde desastres naturales impulsados por el cambio climático hasta la IA generativa. Los consejos de administración deben prestar atención a la estrategia, la interconectividad de los riesgos y las estructuras, prácticas e informes de gobernanza del riesgo existentes. La gobernanza del riesgo debe ocupar sistemáticamente una parte significativa del orden del día para garantizar que el consejo pueda realizar una supervisión oportuna.

5. Mayor atención a la cultura de los consejos de administración

Una supervisión eficaz y el mantenimiento del ritmo de los cambios normativos y los avances tecnológicos exigen que un consejo de administración sea capaz de tomar decisiones informadas y ponderadas que aprovechen toda la gama de puntos de vista y experiencias. Y eso significa que los consejos deben examinar su propia cultura: si están consiguiendo aprovechar de forma productiva su propia riqueza de conocimientos para plantear las preguntas adecuadas. Muchos directores suponen que si todo el mundo parece llevarse bien y las reuniones están libres de hostilidad abierta, la cultura del consejo es suficientemente buena. Pero la ausencia de desacuerdos no indica necesariamente un rendimiento óptimo.

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Bismark Rodríguez

Socio Líder Regional de Consultoría, PwC Interaméricas

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William Menjivar

Socio de Auditoría y Líder Regional de Sostenibilidad y Cambio Climático, PwC Interaméricas

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