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Existen consideraciones externas sociales, tecnológicas y demográficas que impactan nuestro negocio y nuestra fuerza laboral. Por lo que debemos analizar las siguientes preguntas: ¿Qué tendencias sociales impactan nuestro negocio? ¿Cómo pueden beneficiarnos los avances tecnológicos? ¿Cómo impactan los cambios demográficos en la disponibilidad de talento? ¿Está la generación "nativa digital" demandando una experiencia de colaborador diferente?.
Surge la necesidad de evaluar y definir cómo será el negocio a futuro y repensar el propósito, valores y rasgos culturales que forman parte de la cultura organizacional deseada, pensando en este concepto como la forma de hacer las cosas.
Por esta razón, la transformación digital implica una transformación cultural. Es decir, cada día surgen nuevas formas de resolver problemas, crear experiencias únicas y acelerar el desempeño de los colaboradores.
El secreto está en un balance entre las personas y la tecnología, más que uno reemplazando al otro. Esta combinación entre tecnología y talento abre puertas a la innovación, ya que permite a las personas pensar fuera de la caja, sacar provecho a las metodologías contemporáneas, usar tecnologías emergentes, desarrollar capacidades y competencias que nos impulsan hacia un mejor desempeño.
En una época en que las opciones digitales se expanden, analizar el impacto de la nueva estrategia de negocio en las capacidades y habilidades organizacionales toma mayor relevancia.
Algunas de las capacidades de la organización de cara a la transformación digital que se vuelven más relevantes
Con base en lo anterior, debemos preguntarnos si son las capacidades organizacionales actuales el motor para la transformación de su negocio y, por lo tanto, para la innovación y la competitividad. Las iniciativas relacionadas con el cierre de las brechas de habilidades clave técnicas, blandas y digitales de sus colaboradores se vuelve un elemento diferenciador para progresar en su estrategia de negocio.
Por otra parte, surgen nuevas exigencias para Recursos Humanos, desde su rol estratégico ante un mundo en transformación acelerada. Una organización que trata de adaptarse a las demandas cambiantes de los clientes mejorando su experiencia sin considerar la experiencia de sus colaboradores pierde una parte integral de la ecuación.
No debemos olvidar que los colaboradores demandan una experiencia digital pero también humana. Aunado a esto, la construcción de momentos significativos en la ruta del colaborador genera lealtad en su fuerza laboral permitiendo de esta forma convertir la experiencia de las personas en una ventaja competitiva.
En conclusión, la cultura y las capacidades de nuestra fuerza laboral son los principales aceleradores de la transformación. Sin dejar de lado la importancia del rol de los líderes, basado en tres estrategias en las que deben enfocarse para tener éxito en el futuro: agilidad, talento y sostenibilidad. Inspirando e influenciando a otros a través de sus acciones como principal moldeador de la cultura en la organización.
Por Stephanie Mora, Gerente de Consultoría de PwC | Junio 2020