En los últimos meses se han publicado estudios en los cuales se muestran las proyecciones de crecimiento de la economía global para el año 2021. El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó y publicó sus proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) el pasado 6 de abril, estableciendo un 5.1% para los países desarrollados y un 6.7% para los países en desarrollo. Específicamente para Latinoamérica y el Caribe, se prevé un crecimiento de 4.6% en el 2021 y 3.1% en el 2022. Sin embargo, el FMI destaca que el crecimiento será muy dispar entre países, incluso en la misma región, y dentro de los países, especialmente donde hay mayor dependencia del turismo y limitado respaldo de políticas económicas.
Ante este panorama de continua incertidumbre global, en el cual aún se están viendo segundas y terceras olas de infección alrededor del mundo que han llevado a nuevos cierres de fronteras, confinamientos y restricciones, se vuelve indispensable analizar los efectos sobre las industrias y negocios en los cuales competimos. Este análisis debe conducir a la preparación de escenarios alternativos y opciones para enfrentar y responder a los cambios y disrupciones por venir.
PwC desarrolló en el 2017 un enfoque holístico para entender lo retos cada vez más urgentes que enfrentan las organizaciones; ADAPT, por sus siglas en inglés, describe un mundo en el que la asimetría, la disrupción, la edad (poblaciones con mayor proporción de adultos en la tercera edad), la polarización de la sociedad y la confianza (o la erosión en la confianza) están cambiando la forma en que se vive y se trabaja. La crisis de COVID-19 aceleró algunos de los cambios que se habían previsto para el 2025 utilizando el enfoque de ADAPT, generando oportunidades en algunas industrias y también la necesidad de repensar y reestructurar algunos negocios con mayor urgencia.
El ejercicio de reparar es el proceso para responder a los posibles daños causados por reducción en los ingresos, aumento en los costos, cadenas de suministro debilitadas y el capital humano potencialmente afectado y que obligan a las empresas a buscar maneras de asegurar la viabilidad del negocio. Según el estudio del FMI (Manejar recuperaciones divergentes por Gita Gopinath, 6 de abril del 2021), los países emergentes y en desarrollo tendrán una recuperación diferente y mucho más lenta que la de los países desarrollados y las pérdidas a mediano plazo en el PIB serán mayores de lo previsto.
Estos daños se dan en mayor medida en algunas industrias como entretenimiento y turismo, sin embargo, los cambios en el comportamiento, expectativas y hábitos de consumo (por el desempleo, reducciones salariales, falta de confianza y ambiente económico incierto) terminan afectando a muchas industrias.
Los tres elementos clave que deben considerarse en el proceso de reparar son los siguientes: cuáles son las acciones que está tomando el gobierno para apoyar al sector productivo, cómo está respondiendo el sector financiero y de banca y cuál va a ser el impacto en nuestros clientes.
Una vez que se tiene asegurada la viabilidad de la empresa, es importante reconocer que la manera como operamos el negocio y cómo se genera valor a los clientes, cómo trabajamos y cómo interactuamos cambió de manera permanente; el nuevo modelo de negocios debe permitir a la empresa operar eficientemente en un ecosistema de organizaciones interconectadas entre sí.
En la encuesta global más reciente de PwC sobre empresas familiares (PwC 2021 Family Business Survey; la encuesta se basa en entrevistas a 2,801 ejecutivos de 87 territorios alrededor del mundo), se mencionan entre las prioridades para los próximos dos años: la expansión a nuevos mercados o a nuevos segmentos de clientes, la mejora de las capacidades digitales de la organización, la introducción de nuevos productos o servicios y el uso de nuevas tecnologías. Todos estos elementos son parte de la definición de un modelo de negocios innovador, basado en tecnologías y capacidades digitales, que ofrezca a los clientes un elemento diferenciador.
El 62% de los ejecutivos encuestados para el Family Business Survey describió sus capacidades digitales como “débiles”. Este hallazgo contrasta fuertemente con las compañías globales públicas; en la encuesta global de PwC para Directores Financieros (CFOs por sus siglas en inglés) en junio del 2020, solo el 11% pensaba recortar costos en sus procesos de transformación digital, lo que demuestra que las inversiones en innovación y transformación tecnológica se mantuvieron a pesar de la reducción en ingresos provocada por la contracción de la demanda del 2020.
Un elemento adicional en las consideraciones para el ejercicio de repensar es ¿cómo hacer que la empresa sea flexible y resiliente, con capacidad para adaptarse a los cambios rápidamente? Debemos asegurar que las empresas incorporen el desarrollo de las capacidades que van a requerir en el futuro a los planes del presente.
Una vez finalizado el proceso de repensar, la organización debe implementar los cambios y reconfigurar los elementos del modelo de negocios que se repensaron; es un verdadero rediseño estratégico de la organización. En primera instancia, las compañías deben preparar sus modelos de negocios para operar e interactuar en plataformas digitales, las cuales facilitan y proveen una “plataforma” para ejecutar transacciones e interactuar con clientes y proveedores.
Adicionalmente, el rediseño estratégico debe considerar actividades para preparar a su fuerza laboral para operar exitosamente bajo el nuevo modelo de negocios, mediante procesos de upskilling y reskilling.
El gran reto para reconfigurar en estos momentos es que las economías alrededor del mundo y en nuestra región, aún están pasando por momentos de inestabilidad provocados por segundas y terceras olas de infección. Sin embargo, las consecuencias de no reconfigurar y repensar son ineludibles, para muchas empresas podría ser el inicio del fin.
La operación exitosa de un negocio con los cambios acelerados provocados por las fuerzas de ADAPT y el remezón a nivel económico y social que está provocando la pandemia, requiere de una definición clara de propósito y de cómo se crea valor para los clientes, así como aprovechar las oportunidades de los ecosistemas y repensar y reconfigurar los modelos de negocios para competir de manera diferenciada.
Por: Kathleen Nanne, Directora de Consultoría Gerencial, PwC Costa Rica | Junio 2021