¿Qué ocurre cuando una startup prometedora del sector retail se encuentra, de pronto, en una situación crítica? Esta fue la realidad que enfrentó una joven empresa que, a pesar de su aparente solidez inicial, vio cómo sus márgenes se desplomaron en su tercer año de operaciones. La causa no radicaba en una mala gestión diaria, sino en decisiones tomadas mucho antes de abrir sus puertas.
La empresa había apostado fuerte desde el principio: almacenes propios, una flota de distribución y un centro de atención al cliente interno. Sin embargo, cuando comenzaron a surgir los problemas, la dirección recurrió a las medidas tradicionales: recortes de personal, renegociación de contratos y ajustes logísticos. Pero era demasiado tarde. El 75% de sus costos ya estaban grabados en piedra desde el día uno.
Este no es un caso aislado. Investigaciones realizadas por PwC y el Institute of Management Accountants revelan una realidad incómoda: entre el 70% y 80% de los costos operativos de una empresa se definen antes de que ésta comience a operar. Las decisiones tempranas sobre ubicación, proveedores y compromisos laborales se convierten en anclas que limitan la capacidad de maniobra financiera.
La revolución del EPM
Es aquí donde entra en juego el Enterprise Performance Management (EPM), no como una simple herramienta de gestión, sino como un cambio radical en la forma de concebir la planificación financiera. Consideremos la posibilidad de visualizar múltiples futuros posibles antes de comprometer un solo dólar. Por ejemplo, la empresa de retail en referencia podría haber explorado diferentes esquemas de distribución, comparando los pros y contras de tener una flota propia en lugar de trabajar con operadores logísticos externos.
Las empresas que integran una metodología EPM como estrategia de gestión financiera no solo logran tomar decisiones más acertadas desde el inicio, sino que también desarrollan la habilidad de transformarse rápidamente ante giros inesperados en el mercado. En lugar de quedar limitadas por estructuras rígidas, se adaptan a un modelo de negocio flexible casi en tiempo real.
Más allá del control de costos
El EPM representa un cambio de paradigma en la planificación estratégica. Ya no se trata solo de revisar presupuestos anuales o hacer proyecciones lineales. Las empresas más innovadoras están utilizando simulaciones avanzadas para evaluar múltiples escenarios, desde expansiones territoriales hasta diversificación de proveedores.
Un claro ejemplo son las empresas tecnológicas, que han transformado sus modelos de negocio tradicionales en plataformas ágiles y escalables. Gracias al EPM, pueden ajustar precios de forma dinámica, anticipar cambios en la demanda y reconfigurar sus operaciones sin sacrificar la rentabilidad. Los resultados hablan por sí solos: las empresas que dominan el EPM logran estructuras de costos hasta diez veces más eficientes que sus competidores.
Del pensamiento incremental a la transformación profunda
Durante décadas, la gestión financiera se centró en mejoras graduales: pequeños ajustes aquí y allá, recortes presupuestarios y optimizaciones marginales. No obstante, en un mundo donde la disrupción es la norma, este enfoque ya no resulta suficiente.
La industria automotriz nos ofrece un ejemplo fascinante. Varias empresas del sector han implementado EPM para reinventarse, pasando de ser simples fabricantes a proveedores de servicios de movilidad basados en suscripción. Gracias a sus simulaciones avanzadas, lograron diseñar estructuras financieras lo suficientemente flexibles como para sostener este cambio radical.
La clave del éxito: Integración estratégica
Para aprovechar verdaderamente el potencial del EPM, las organizaciones deben integrarlo en el corazón de su estrategia. Esto significa:
Construir una cultura de análisis predictivo, donde las decisiones se tomen basadas en datos y simulaciones, no en intuiciones.
Diseñar estructuras financieras flexibles que puedan adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.
Invertir en la capacitación continua de los equipos financieros para maximizar el uso de estas herramientas.
Establecer sistemas robustos de monitoreo y ajuste estratégico.
El EPM no es simplemente otra herramienta financiera más; representa una nueva forma de pensar el diseño y la gestión empresarial. En un entorno económico cada vez más volátil, las organizaciones que dominen esta aproximación tendrán una ventaja competitiva significativa.
La pregunta ya no es si adoptar el EPM, sino cuándo y cómo hacerlo de manera que maximice el valor para la organización. Las empresas que logren esta transformación estarán mejor preparadas para navegar las turbulencias del mercado moderno y construir modelos de negocio verdaderamente resilientes.
En PwC Interaméricas contamos con un centro de excelencia en EPM que nos permite apoyar a cualquier organización en la integración de la estrategia con una gestión financiera basada en los principios del EPM, respaldada con herramientas tecnológicas que le permiten desarrollar una gestión del desempeño ágil e integrada a los sistemas de información existentes.
Por Leonidas Rey, Director de Riesgos y Asesoría Financiera en PwC Interaméricas | Marzo 2025