La inteligencia artificial (IA) está transformando las industrias y administraciones tributarias en todo el mundo y Latinoamérica no es la excepción. En la región, el Banco Interamericano de Desarrollo proyecta que el crecimiento en la inversión de IA es entre un 20% y 30% anual. A medida que aumenta, las economías, los mercados laborales y las empresas se están reconfigurando. No obstante, uno de los efectos más significativos y menos analizados de la IA en Latinoamérica tiene que ver con su impacto en los sistemas y cargas tributarias. Los países de la región enfrentan desafíos particulares al adaptar sus estructuras tributarias para tomar en consideración los cambios que la IA genera en la productividad, la dinámica de la fuerza laboral y la generación de ingresos. En este artículo, examinamos el impacto de la IA en los ingresos tributarios, discutimos los desafíos específicos de política tributaria que enfrentan los países latinoamericanos y destacamos soluciones potenciales para garantizar que el crecimiento impulsado por la IA apoye las finanzas públicas en la región.
La inteligencia artificial (IA) ha ganado un impulso significativo en Latinoamérica, especialmente en países como Brasil, México y Colombia, que lideran en las tasas de adopción. Según el Estudio Global de Inteligencia Artificial 2022 de PwC, se proyecta que para 2030 la adopción de la IA contribuirá aproximadamente con 15.7 billones de dólares a la economía global, siendo Latinoamérica una región importante para captar una parte de esta expansión económica. Este crecimiento estará impulsado por avances en análisis de datos, aprendizaje automático y computación en la nube, que se están aplicando en varios sectores, incluidos finanzas, atención médica, comercio minorista y agricultura. Sin embargo, a medida que la IA remodela las industrias, también altera los flujos de ingresos, impuestos y sectores, lo que plantea desafíos únicos para las políticas y estructuras tributarias.
La implementación de la IA provocará cambios profundos, alterando las fuentes de ingresos fiscales en tres áreas claves:
1. Cambio de los ingresos laborales por el del capital: No es novedad que uno de los impactos más significativos de la IA es la automatización de tareas tradicionalmente realizadas por humanos. En este sentido, a medida que Latinoamérica se automatice cada vez más,
habrá un cambio inevitable de los ingresos laborales hacia los ingresos del capital. El informe “Upskilling for Shared Prosperity” de PwC sugiere que la automatización impulsada por la IA resultará en un desplazamiento de puestos de trabajo en ciertos sectores, al mismo tiempo que generará ganancias de productividad en otros. Estos avances sin duda cambiarán los tipos de flujos de ingresos tributarios, reduciendo la recaudación del impuesto sobre la renta aplicable a los salarios y aumentando las ganancias corporativas por una mayor automatización y eficiencia en sus costos. Esto resultará en un número creciente de trabajadores desempleados o probablemente con empleos informales, ejerciendo una presión adicional sobre los ingresos tributarios, particularmente en países como Perú y Bolivia, donde las tasas de informalidad de 75% y 80%, respectivamente, se encuentran entre las más altas de la región latinoamericana según informes del Banco Interamericano de Desarrollo.
2. Infraestructura tributaria con riesgo de volverse obsoleta: Muchas administraciones tributarias en Latinoamérica carecen de la infraestructura digital adecuada para monitorear y asegurarse de que las transacciones habilitadas por IA sean apropiadamente gravadas con los impuestos correspondientes. El estudio “PwC Tax Policy Outlook 2023” enfatiza la importancia de modernizar los sistemas tributarios para garantizar el cumplimiento en las economías digitales. A medida que se expanden los servicios digitales, existe una necesidad urgente de modernizar los sistemas tributarios y adoptar soluciones digitales para rastrear las actividades impulsadas por la inteligencia artificial, evitando así pérdidas fiscales, ya sea por errores involuntarios o evasión fiscal.
3. Dependencia de los impuestos al consumo: En muchos países latinoamericanos, una parte sustancial de los ingresos fiscales proviene de los impuestos al consumo, en particular el impuesto al valor agregado (IVA). Sin embargo, los servicios digitales basados en IA son más propensos a evadir la recaudación, ya que estas transacciones no siempre ocurren dentro de la jurisdicción imponible. Por ejemplo, la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas reportó que el IVA representa más del 40% de los ingresos tributarios en países como Chile y México. Ante el inminente crecimiento de los servicios digitales impulsados por la IA, sin una estructura y sistemas fiscales adecuados, existe una alta probabilidad de erosionar esta base de ingresos.
Las administraciones tributarias en latinoamérica están haciendo frente a los desafíos que plantea la IA para los ingresos tributarios a través de los siguientes cuatro aspectos:
1. Impuestos sobre servicios digitales (DST por sus siglas en inglés): Para abordar las posibles pérdidas fiscales de los servicios digitales, algunos países están implementando DST. Por ejemplo, Argentina y Colombia han introducido impuestos a los proveedores extranjeros de servicios digitales. Si bien los DST son eficaces a corto plazo, enfrentan críticas de los organismos comerciales internacionales y es posible que no proporcionen una solución integral, especialmente a medida que los servicios basados en IA continúan expandiéndose.
2. Revisar las políticas tributarias corporativas: Esto podría ayudar a los países latinoamericanos a tributar una parte justa de las ganancias generadas en la región que son difíciles de identificar debido a la IA. Actualmente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está desarrollando el proyecto “Erosión de la base imponible y traslado de utilidades” (BEPS por sus siglas en inglés). Este proyecto parte del concepto de que algunas empresas multinacionales utilizan estrategias de planificación fiscal para aprovechar lagunas en las normas tributarias, trasladando utilidades de un país a otro con impuestos más bajos o nulos, evitando o disminuyendo así el pago de impuestos. En este sentido, el proyecto busca ayudar a los gobiernos a establecer normativas que garanticen que las utilidades se graven donde tienen lugar las actividades económicas que las generan y donde se crea valor.
3. Modernizar la infraestructura tributaria: Invertir en infraestructura tributaria digital es crucial para rastrear y gravar las actividades económicas impulsadas por la IA. Países como Brasil y México están avanzando en la adopción de inteligencia artificial y análisis de datos en sus procesos de administración tributaria, pero se necesita más inversión en toda la región. El “PwC's Digital Readiness Survey 2023” de Latinoamérica destaca que mejorar la infraestructura tributaria digital será vital para preparar los procesos de recaudación de impuestos para el futuro y garantizar el cumplimiento.
4. Revisar los impuestos sobre el empleo: Ahora que la IA está reconfigurando totalmente el mercado laboral, en algunos países ha surgido la discusión sobre si deberían existir impuestos para gravar la automatización o introducir “impuestos a los robots” en los procesos impulsados por la IA que reemplazan los empleos humanos. En 2017, en Corea del Sur y la Unión Europea, algunos políticos comenzaron a abordar este tema argumentando que podrían ayudar a compensar las pérdidas de ingresos debido a la reducción de las contribuciones al impuesto sobre el empleo. No obstante, finalmente no prosperó y causó mucha controversia. La pregunta aún queda sin respuesta sobre cuáles deberían ser las estrategias fiscales futuras que enfaticen la necesidad de enfoques innovadores para capturar valor de los cambios económicos impulsados por la IA.
La IA presenta a Latinoamérica numerosas oportunidades de crecimiento e innovación. Sin embargo, también altera los flujos de ingresos tradicionales, lo que presiona a las políticas fiscales para que se adapten. El paso del trabajo al capital, la expansión de los servicios digitales y las mayores complejidades de la planificación fiscal contribuyen a posibles pérdidas de ingresos si los sistemas tributarios permanecen sin cambios. Al explorar soluciones tributarias innovadoras, modernizar la infraestructura y participar en iniciativas tributarias globales, los gobiernos latinoamericanos pueden posicionarse para aprovechar los beneficios de la IA y al mismo tiempo asegurar ingresos tributarios estables y preparados para el futuro.
Por Alvaro A. Artiles
Socio líder regional de transformación y upskilling
Asesor global del PwC Network Leadership Development Program (NLDP)