Con el inicio del nuevo año y los constantes cambios globales y regionales, los tomadores de decisiones necesitan, ahora más que nunca, conocer las medidas de fiscalización y recaudación por parte de la autoridad; así como desarrollar mecanismos y herramientas de administración y protección patrimonial.
Al hacerlo, serán capaces de desarrollar una planeación financiera estratégica en sus empresas cumpliendo cabal y eficientemente con sus obligaciones fiscales y, al mismo tiempo, mitigar posibles riesgos por incumplimiento. Las empresas y particularmente las áreas de impuestos se encuentran en una continua evolución para encontrar un balance entre su función, el entorno económico y los objetivos de negocio. En este escenario resulta oportuno reflexionar sobre cómo el área fiscal puede mantenerse vigente.
Una preocupación de los líderes de impuestos consiste en definir las habilidades que se requieren desarrollar en sus equipos: tradicionalmente en el área de impuestos las habilidades que se asumen como esenciales están vinculadas con temas muy técnicos, vinculados estrictamente a la aplicación e interpretación de leyes, reglamentos, circulares administrativas, jurisprudencias o precedentes jurisdiccionales; así como actividades rutinarias relacionadas con la realización de cálculos complejos de provisiones y declaraciones fiscales; sin embargo, la evolución del entorno fiscal de la mano de la tecnología exige, cada vez más, habilidades que no necesariamente caen en el ámbito técnico fiscal, por ejemplo: el uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) y análisis de datos, sistemas para la comprensión de los modelos de negocios, habilidades blandas (conocidas como soft skills), resolución de problemas y mejora continua de procesos.
Hoy, como nunca antes, el área de impuestos tiene la oportunidad de influir en decisiones clave dentro de las organizaciones. Para aprovechar esta oportunidad, es crucial que sus líderes reconozcan el valor de la tecnología para mejorar la eficiencia en los procesos. Si bien ha aumentado la regulación y el escrutinio en el entorno global, también ha aumentado el rigor para determinar quiénes tienen el derecho de gravar ingresos globales dentro del entorno fiscal, todo esto junto con el creciente interés de consumidores, medios de comunicación y grupos de interés en temas fiscales puede acarrear riesgos reputacionales significativos si no se está adecuadamente preparado. Esto exige una transformación de la función fiscal a través de una comprensión más profunda, una gobernanza más sólida y una supervisión minuciosa de los asuntos fiscales en los niveles más altos de la organización.
Tras revisar el panorama global, en México, hay tres elementos a considerar cuando pensamos en la relevancia de la función fiscal para los negocios de cara a 2025:
- Aumento en la recaudación de los grandes contribuyentes: este grupo, que representa solo 1% del total de contribuyentes, pero aporta 50% de la recaudación total, tuvo un incremento significativo en sus contribuciones durante el último sexenio. En este periodo, la recaudación de estos grandes contribuyentes aumentó en 120% en comparación con los seis años anteriores (SAT). Este notable incremento se debe, en gran medida, al siguiente factor.
- Tecnología: el SAT (Sistema de Atención Tributaria) se ha apoyado en la tecnología para acelerar sus procesos de recaudación, por ejemplo, está aprovechando funciones y herramientas de Inteligencia Artificial (IA) para temas vinculados con auditorías. Dicha automatización y ajuste dentro de los procesos, se relaciona con el aumento en recaudación.
- Tiempo: de acuerdo con un informe de PwC en México, las empresas dedican, en promedio, 240 horas al año al cumplimiento de sus impuestos en México (Paying Taxes 2020). Es una cantidad considerable de tiempo que nos ubica por encima del promedio en el mundo. La función fiscal es un actor clave al tener la oportunidad de transformar los procesos para hacerlos más eficientes al interior de sus organizaciones en colaboración con otras áreas en las organizaciones, lo que se puede traducir en mayor retorno de la inversión para el negocio.
Debido al contexto lleno de incertidumbre y cambio, y con tecnologías como la IA avanzando rápidamente, las áreas de impuestos no tienen más opción que integrar la tecnología en sus operaciones diarias. Es crucial capacitar a sus colaboradores en las habilidades que son esenciales, solo así, podrán enfrentar eficazmente los desafíos regulatorios, maximizar la eficiencia, abonar a los objetivos de negocio y proteger la reputación corporativa en un entorno cada vez más exigente.