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Durante décadas, la práctica del offshoring se volvió el paradigma de operación de las cadenas de suministro a nivel mundial. El objetivo de esta estrategia es la reducción de costos a partir de la migración de operaciones de manufactura y proveeduría a países con un menor nivel de costo de manufactura, principalmente los localizados en Asia.
La pandemia de COVID-19 generó disrupciones en las cadenas de suministro que dependían ampliamente de Asia, particularmente de China. Esto puso en evidencia la vulnerabilidad del offshoring, que antes era imperceptible frente a la regularidad que se vivía.
La localización de proveedores y operaciones de manufactura, considerando simplemente una perspectiva de costo, ha resultado en una consolidación natural a nivel región o país. Sin embargo, desde un punto de vista de gestión de riesgos, ya no es una práctica aceptable para cualquier empresa que busca ser líder en su mercado.
En un futuro en donde las pandemias, desastres naturales, conflictos geopolíticos u otras eventualidades de similar impacto se pueden materializar, no puede existir el concepto de competitividad sin resiliencia.
En la cadena de suministro de las organizaciones, la resiliencia implica una mayor flexibilidad o capacidad de adaptación, particularmente desde el punto de vista de manufactura y abastecimiento. Va de la mano estrictamente de la diversificación de operaciones a nivel geográfico con el fin de mitigar el riesgo y garantizar su sustentabilidad ante cualquier eventualidad.
Así, la clave del juego de ahora en adelante para cualquier compañía será buscar un equilibrio entre la competitividad y la resiliencia. Por ello, el nearshoring se convierte en la estrategia indicada para la diversificación de operaciones, en donde México ofrece oportunidades relevantes para las empresas que atienden al mercado de Norteamérica.
"Las empresas que elijan asentar sus operaciones en México lo harán con el objetivo de lograr mayor resiliencia, pero también priorizarán sus costos, porque tienen que seguir siendo competitivas".
El nearshoring es una estrategia que busca no sólo capitalizar los beneficios operativos, logísticos y comerciales de reubicar la manufactura y proveeduría a países cercanos al origen de la demanda, también implica una diversificación geográfica para la mitigación de riesgos. Esta estrategia ha ganado importancia en los últimos años, dado el impacto de la pandemia y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
México es una alternativa atractiva en relación a otras ubicaciones de bajo costo en el mundo, ya que ofrece diversos beneficios entre los cuales destacan:
Mano de obra especializada a un menor costo1. Desde el 2015, el costo de mano de obra en China superó el de México. En 2019 fue un 50% más alto.
Acceso rápido al mercado norteamericano. Esto implica costos logísticos bajos, tiempos de entrega menores y mayor capacidad de respuesta a disrupciones en la demanda.
Facilidad para iniciar operaciones. México es uno de los países de bajo costo con mejor puntaje en el ranking Ease of Doing Business del Banco Mundial, durante el 2020.
Proveeduría desarrollada en diversas industrias a lo largo del país. La República Mexicana es uno de los territorios de bajo costo con mayor crecimiento en los sectores de manufactura en procesos especializados.
Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Representa una ventaja competitiva en relación a tarifas/ aranceles en Norteamérica. Además, México cuenta con 13 tratados comerciales que le permiten el libre comercio con 46 países, entre otros acuerdos comerciales.
PwC es considerado un líder en soluciones de cadena de suministro en el mercado, ofrecemos nuestras capacidades integrales a aquellas empresas que requieran reubicar y/o incrementar sus operaciones de manufactura en México.
Contamos con diferentes soluciones apalancadas de mejores prácticas y experiencia para asesorar a nuestros clientes, a continuación, enlistamos algunas de ellas: