Diana Velarde
Directora, Consulting Solutions - PwC México
Adicional a su rol laboral, por más de dos años Diana fue Directora del primer Staff Council de Diversidad e Inclusión de la firma. Como parte de sus actividades en el council, lideró esfuerzos de inclusión de género, de personas con discapacidad y liderazgo inclusivo. Además, Diana es co-lead de la Inclusion Network de Disabilities, donde activamente participa en la visibilidad interseccional de personas con discapacidad dentro de un vasto número de foros realizados por PwC para Estados Unidos y México, así como en oportunidades externas. Diana también es parte de “Mexicanas con Discapacidad”, una organización no gubernamental que busca promover la visibilidad de las mujeres con discapacidad en México y cofundadora de “Trazando lo invisible”, una organización que busca crear conciencia sobre las discapacidades no visibles y enfermedades raras.
Mi carrera ha sido muy variada pero con puntos en común. Después de graduarme de la carrera en Ingeniería en Sistemas Electrónicos del Tecnológico de Monterrey, pasé varios años brindando consultoría en Sistemas Computacionales, trabajando en el desarrollo de softwares, project management y programación de sistemas, un mundo muy diferente al que estoy ahora. Después de siete años, sentí que era tiempo de un cambio. Quise combinar mi experiencia profesional existente en tecnología con un enfoque en negocios, entonces tomé la gran de decisión de mudarme al Reino Unido para estudiar mi Master in Business Administration en la Universidad de Newcastle. Hace algunos años tuve la maravillosa oportunidad de unirme a PwC México como Senior Associate de M&A (Fusiones y Adquisiciones) con un enfoque en Sistemas Computacionales - era exactamente el rol que esperaba, después de 9 años logré escalar al nivel de Directora.
Uno de mis modelos a seguir fue mi papá, quien ha trabajado muy fuerte por su familia. Incluso desde que era niña, no recuerdo haberlo visto llegar a casa antes de las 9 de la noche ningún día de la semana. No sé cómo logró seguir presente dentro de nuestra familia, y cómo siempre nos demostró lo mucho que nos ama. Tuvimos tiempos difíciles en México mientras crecía debido a la crisis económica, pero nunca se dio por vencido y nunca perdió la fe o el positivismo. Él siempre pensó en maneras de llevar nuestra familia a través de momentos difíciles, y desde siempre él ha sido mi punto de referencia moral. Si él hacía algo, sabía que era la cosa correcta por hacer.
En otro sentido, las mujeres de mi familia también son verdaderos modelos a seguir para mí, eso incluye a mi madre, quien es otro pilar de mi familia. Siempre me he sentido muy orgullosa de las mujeres en mi familia, han sido muy activas y han creado carreras por sí mismas. Incluso mis abuelitas de ambos lados, en los años de 1940 y 1950 trabajaron para apoyar a su familia junto a sus esposos. Mi abuela del lado de mi mamá, en particular, tuvo múltiples fuentes de ingresos en un cierto tiempo. Ellas eran tan valientes y fuertes que era un gran ejemplo de liderazgo y siempre se tomaban el tiempo de ser voluntarias para ayudar a otras personas. Mi mamá y tías siempre trabajaron mientras mantenían la casa y educaban a sus hijos, es algo de lo que me siento muy orgullosa. Es por esto que cuando fui creciendo, siempre tuve la pregunta sobre qué debería hacer para alcanzar el éxito en mi carrera, pues es el éxito lo que siempre he conocido.
El mayor riesgo que he tomado en mi trayectoria profesional probablemente fue el cambio de carrera. Usualmente, a la gente con discapacidad nos motivan a buscar nuestra zona de confort y quedarnos ahí, entonces tomar la decisión de cambiarme de una carrera estable y aspirar a más en una área nueva fue una apuesta. Puede que haya seguido adelante a través de los obstáculos que me encontré, o que mis estudios en el extranjeroo mi nueva área de trabajo no eran accesibles para mi, pero sé que tomé la decisión correcta y el riesgo tuvo sus frutos.
Mi mayor logro en mi carrera ha sido ser nombrada como Directora en mi área de trabajo. Hay tanta interacción con los clientes dentro de mi rol, que mi discapacidad llega a tener algunos retos alrededor de la comunicación dónde en ocasiones tengo que leer los labios o usar closed captions, los cuales en ocasiones no están disponibles para mi. En teoría, estos desafíos pueden haber puesto limitaciones de que tan lejos pude haber llevado mi carrera, sin embargo estoy orgullosa de haberlo logrado a pesar de los retos.
Tengo una cita de Eleanor Roosvelt de fondo de pantalla en mi teléfono - es algo que he escuchado por años y resuena mucho conmigo: “El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”. Pensando en las personas con discapacidad, usualmente crecemos sintiendo que no somos suficiente y que probablemente no lograremos vivir nuestros sueños, y que -de cierta manera- tenemos que reducir nuestros sueños a algo “razonable”, entonces es una frase que me recuerdo seguido. Es muy poderosa.
Mucho de mi viaje personal ha sido sobre aceptar mi identidad como mujer con múltiples discapacidades. A pesar de que nací con una discapacidad auditiva, viví en una burbuja por muchos años, tratando de vivir de manera tan “normal”, como fuera posible para esconder mi discapacidad. Incluso hace 15 años, cuando mi discapacidad visual comenzó, ya estaba trabajando y siendo parte del mundo empresarial, pero no fue hasta hace ocho años que rompí esa burbuja y logré estar involucrada en el activismo de la inclusión de género y de personas con discapacidad.
Aceptar completamente mi condición y mi identidad me permitieron comprender el valor de compartir mi historia y alzar la voz, eso creó un efecto dominó que trajo un impacto positivo en mi vida. En el trabajo, mi experiencia significa que puedo agregar un valor más profundo al entendimiento de la diversidad y de la empatía.
A través de los años he logrado ver el valor en la diversidad de pensamiento que surge del trabajo con personas de todas partes del mundo. Es esta diversidad la que ayuda a hacer nuestras experiencias más enriquecedoras y humanas, es de donde podemos aprender de diferentes puntos de vista, diversas experiencias de vida y diferentes antecedentes. Esta diversidad puede también ayudar a promover espacios inclusivos, cuando entendemos el impacto de los valores de un individuo, se pueden manejar de manera positiva.
Específicamente, brinda mucho aprendizaje ver detenidamente y aprender sobre prácticas inclusivas que se realizan en otros países con respecto a las mujeres y personas con discapacidad. Hace que sobresalgan los retos y áreas que tenemos por desarrollar localmente, por lo tanto influye en mi manera de pensar y las acciones que puedo tomar para promover la inclusión en el trabajo y como activista.
Hay muchos conceptos erróneos alrededor de la discapacidad, pero creo que hay una que está muy dentro de la gente, algunas personas piensan que aquellas personas con discapacidad no tienen las capacidades o no tienen lo que se necesita para vivir de manera independiente. Esta concepción que ha sido alimentada de narrativas imprecisas en los medios y los estereotipos históricos, y hasta este punto en la historia, es una perspectiva obsoleta. Como es descrito en el modelo social, la discapacidad es un constructo social, si eliminamos los obstáculos sociales que se pueden presentar, entonces podemos ser personas productivas y participar activamente en nuestra vida profesional y personal.
En México, especialmente, tenemos una situación muy crítica con base en la violencia de género. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 7 de cada 10 mujeres mexicanas sufren o han sufrido algún tipo de violencia. Para las mujeres con discapacidad, este número se incrementa de 8 a 10, una cifra terrible. Como resultado de la sociedad patriarcal que tenemos en México, los hombres son percibidos como superiores a las mujeres en muchas áreas de la vida: educación, trabajo y familia.
Debido a esto, muchos de los esfuerzos locales están enfocados en la equidad de género. Esto puede presentar un reto real en confirmar que no nos estamos olvidando de la interseccionalidad, y como el género puede interactuar con la discapacidad, identidad étnico-racial, orientación sexual o cualquier otra dimensión de la diversidad. La interseccionalidad debería estar en el principal punto de acción de la diversidad e inclusión.
Sin embargo, la oportunidad existe en aprender de lo que algunas organizaciones están haciendo en relación a la interseccionalidad. Por ejemplo, hay una organización llamada Women Enabled International, que recientemente lanzó un Protocolo Feminista de Accesibilidad, un compromiso relacionado a la accesibilidad para confimar que las mujeres con discapacidad esten incluidas en los esfuerzos de equidad de género. Los recursos están ahí, es un buen punto de partida usarlos para activar el cambio.
Para los líderes empresariales que están buscando impulsar la inclusión de personas con discapacidad, es importante entender que posiblemente mucha gente dentro de su organización tienen una discapacidad, ya sea visible o no, o incluso ya la han hecho pública. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 16% de la población mundial, tiene algún tipo de discapacidad, pero muchas personas deciden esconderla. Aquellas personas que no han hablado sobre su discapacidad puede que aún no se sientan completamente cómodas y emocionalmente seguras de hacerlo.
Mi recomendación es empezar a hablar sobre la discapacidad con el lenguaje correcto. Empezando por hacer referencia a “personas con discapacidad” y no “discapacitados”, por ejemplo.
También reconociendo y comprendiendo y reconociendo que muy probablemente haya personas con discapacidad dentro de la organización; demostrar que hay espacios emocionalmente seguros para ellos, es muy importante. Si alguna persona ha hablado públicamente sobre su discapacidad y se siente cómoda haciéndolo, se puede alentarlos a compartir su historia en algún foro público. Si lo hacen, otras personas probablemente hagan lo mismo. En PwC he tenido la oportunidad de hablar sobre mi experiencia a través de mi carrera profesional como una mujer con discapacidad en múltiples foros. Cuando en la sociedad hay empresas que buscan trabajar en conjunto para proveer oportunidades equitativas, tenemos la seguridad que se pueden eliminar sesgos inconscientes.
Otro consejo sería proveer recursos para fomentar una cultura de inclusión y crear un proceso alrededor de la inclusión de personas con discapacidad, con un enfoque fuerte en accesibilidad y la implementación de la interseccionalidad en el primer plano. La accesibilidad tiene una gran conexión con la tecnología, donde nuevas innovaciones y avances toman lugar: este debería ser un área de inversión, especialmente en desarrollar recursos accesibles no solamente en Inglés, sino en otros idiomas que ayudará a cerrar la brecha de accesibilidad.
Originalmente publicado en: https://enable.involverolemodels.org/diana-velarde/
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