Cómo la disrupción nos prepara para repensar y reinventar

Alrededor del mundo, cada país está enfrentando importantes disrupciones.  Algunas son globales, como el COVID-19.  Otras son más locales, tales como Brexit en el Reino Unido.

De diferentes formas, las disrupciones y retos tanto del COVID-19 como el Brexit nos han hecho hacer una pausa y repensar una gran variedad de temas.  Dichos retos nos fuerzan a tomar acción decisiva y a reafirmarnos tanto personalmente, profesionalmente y como nación.

En el Reino Unido, la aprobación de un acuerdo comercial post-Brexit con la Unión Europea ha dado un mayor grado de certidumbre respecto a lo que realmente significará el Brexit.  De la misma forma, alrededor del mundo, estando en marcha los programas de vacunación en muchos países, se forma un cronograma inicial para frenar y finalmente ponerle fin a la pandemia. Dicho progreso nos ayudará a todos a planear el futuro con mayor confianza y con el optimismo que necesitamos.

Debemos, sin embargo, resistir la tentación de pensar en esto como simplemente una oportunidad para “volver a como estaban las cosas” tan pronto como sea posible.  Las disrupciones que hemos enfrentado nos han traído a una importante encrucijada, y a un momento decisivo en la historia.  Debemos decidir ahora a dónde vamos. 

El deseo de una “mejor reconstrucción” adquiere un mayor ímpetu. No siempre una generación de líderes a través de comunidades, negocios y gobiernos tienen la oportunidad de replantearse el futuro.

Aspirando a mejorar

A medida que planeamos ese futuro, debemos incluir en los cálculos un enfoque más centrado en otros temas urgentes, tales como cambio climático, escasez de habilidades y desigualdad social.  Aunque los eventos extremos tienden a ampliar la injusticia social, también pueden resaltar lo que debe cambiar e infundir un mayor deseo y capacidad de hacer que ese cambio se dé.

Una de las lecciones permanentes que me llevo del 2020 es que hemos descubierto una profunda determinación, mayor preocupación del uno por el otro, y la habilidad de solucionar problemas de formas más creativas de las que habíamos pensado.  Debemos permitir que esas lecciones de agilidad y creatividad sean parte de la memoria muscular que da forma a cómo trabajaremos de ahora en adelante.

Ninguno de nosotros tiene un “manual de estrategias” para tratar el tipo de disrupción que estamos enfrentando, pero entre nuestras respuestas habrá elementos comunes, tales como un aumento de inversión en destrezas y capacidades digitales, lo cual reducirá disparidades regionales para liberar las oportunidades y el potencial inexplorado, promoviendo formas más sostenibles de vivir y trabajar. 

A medida que nos replanteamos nuestra mentalidad frente a todo lo que nos rodea desde viajes, estilo de vida, el rol de nuestros centros urbanos, hasta nuestra huella global, tenemos una oportunidad no solo de pensar sobre a dónde queremos ir, sino también de pensar sobre lo que teníamos antes, lo que queremos recuperar, lo que queremos superar, y qué cambios apresurados debemos ahora incorporar.

Estímulos para el Desarrollo

Antes de que nos golpeara la pandemia, el Reino Unido ya estaba considerando todos los estímulos que podían atraer para hacer crecer su economía post-Brexit.  Estas son ahora más importantes que nunca, y cada nación debería estar haciendo algo similar, evaluando lo que pueden hacer para mejorar el desempeño económico y una mayor cohesión social.

En el Reino Unido, identificaron un posible incremento de £83MM al PIB que pudiera lograrse al “nivelar” y cerrar las brechas de productividad regional que existen dentro del Reino Unido.

“Nivelar” puede ser un lema publicitario en el Reino Unido para extender la prosperidad de una forma más uniforme más allá de Londres, pero también es relevante para tantas otras partes del mundo, en donde los trabajos y las oportunidades se enfocan geográficamente.  La economía del Reino Unido está basada en servicios, así que asegurar que trabajos basados en servicios estén accesibles en todas las regiones, es clave.

PwC Reino Unido, ha estado enfocado en equilibrar los números de su gente fuera de Londres, y no solo en las alternativas esperadas tales como Manchester y Birmignham.  Hace dos años, abrieron una oficina en Bradford, una ciudad cuyo índice de desempleo era más alto que el promedio nacional, y tradicionalmente con menos movilidad social.  Ya habían tenido acercamientos con las escuelas en Bradford y sus alrededores, esto con el fin de sacar provecho de una fuente de talento más amplia y de los beneficios consecuentes.  Desde la inauguración de la oficina de PwC en Bradford en mayo de 2019, han logrado duplicar el número de plazas de trabajo.

También es vital que el Reino Unido continúe siendo un destino atractivo para la inversión extranjera y un socio comercial eficiente con las principales economías alrededor del mundo.  Para hacer esto, no pueden depender meramente de las habilidades existentes, relaciones históricas o percepciones heredadas. 

Necesitan mejorar la conectividad y la infraestructura digital, al mismo tiempo mejorar la capacidad en el área digital a nivel nacional.  Necesitan aprovechar la innovación y la resolución de problemas que salieron a la luz mientras el país respondía al COVID-19.

Estas prioridades los ayudarán a adaptar y reinventar los servicios, sectores y relaciones en las que dependen para impulsar el crecimiento. 

La respuesta a la pandemia reveló qué tan rápidamente podían superar tanto la inercia como las barreras psicológicas a la transformación digital, y demostró la necesidad urgente de invertir en nuevas tecnologías para asegurar su futuro.  La investigación de PwC ha cuantificado el importante valor económico que puede ser alcanzado para el 2030 por las nuevas tecnologías, incluyendo blockchain (US$72MM al PIB del Reino Unido; US$1.76bn globalmente), realidad virtual y aumentada (US$69.3MM al PIB del Reino Unido; US$1.5bn globalmente), y drones (£42MM al PIB del Reino Unido).