Cambio Climático
Los líderes empresariales deben actuar ahora para cumplir con las demandas de la ciencia, el gobierno, los inversionistas y la sociedad en general.
Durante el último año, un número creciente de negocios de renombre anunciaron sus objetivos de net zero. Sus compromisos lograron marcar con esperanza un año difícil; existe un poderoso simbolismo cuando los principales actores en petróleo y gas, automotriz, aerolíneas y otras industrias con una huella de carbono generalmente alta, se comprometen a una rápida descarbonización.
Estas decisiones son pasos críticamente importantes, pero también lo es reconocer que se necesita mucho más. Un reciente análisis de PwC demuestra que a febrero de 2021, únicamente alrededor del 8% de las compañías más grandes del mundo, representadas por el Global Fortune 500 se han comprometido a ser net zero. Esta estadística tan reveladora deja a la gran mayoría de las compañías fuera de la narrativa de la acción climática y pone en peligro nuestra habilidad para mitigar los peores efectos de la crisis. La baja tasa de participación de empresas de alto perfil forma parte de una serie de brechas entre nuestras expectativas y las duras realidades y necesidades. Reducir estas brechas deberá ser una prioridad para los líderes empresariales en el 2021.
El ritmo actual de cambio está muy lejos del necesario. Los niveles de emisión continúan siendo muy altos. Para el 2030, las emisiones globales de carbono deberán ser reducidas a la mitad, sin embargo, entre el 2009 y 2019 el promedio de las emisiones aumentó en 1.5% por año. Agravando este problema, la tasa de descarbonización continúa siendo muy lenta. Un nuevo análisis del Net Zero Economy Index 2020 de PwC, el cual da seguimiento al progreso del G20, muestra que se requiere una tasa de descarbonización de 11.7% para mantener el calentamiento dentro de los 1.5°C. Para llegar a ese punto, los países con la tasa más alta de descarbonización en el 2019 deberán, de ahora en adelante, redoblar sus esfuerzos, aquellos con la tasa más baja, incluso podrían necesitar generar una mejora 10 veces mayor que la actual.
Los compromisos de net zero tienen menor prioridad que los del gobierno. Más del 50% de los países, estados y ciudades, que representan más del 50% del PIB mundial, han establecido metas para lograr el net zero para el 2050, y es probable que otros se comprometan en los próximos meses y años, incluyendo a los EE.UU. bajo el gobierno del presidente Biden.
Incluso, muchos países están dando pasos para introducir políticas dirigidas a los negocios. Ejemplos de esto incluyen prohibiciones y eliminaciones graduales de actividades contaminantes, reformas a subsidios de combustibles fósiles, reformas fiscales, nuevos estándares de productos y combustibles, y la divulgación obligatoria de criterios ASG y de cambio climático. Y está claro que hay mucho más por venir.
La realidad es que un país no puede cumplir con el compromiso net zero sin transformar su economía y sus industrias. Con una regulación escalonada de mano de la presión que ejercen los inversionistas, cada vez más negocios están uniéndose al compromiso de net zero. Otros deberán asumir el hecho de que se requerirá que lo hagan, de una u otra manera, a medida que los gobiernos se esfuerzan para cumplir con sus compromisos, y los accionistas y clientes aumentan sus exigencias para que esto se dé. El éxito no puede juzgarse solamente en la reducción de emisiones: los gobiernos y negocios también deberán asegurar una “justa transición” para aquellos sectores, regiones y comunidades que serán impactadas de forma más negativa.
Algunos líderes empresariales pueden sentir que deberían esperar o incluso posponer grandes decisiones e inversiones. Pero probablemente llegará el momento, en un futuro no muy distante, en que los países en donde operan no tendrán otra opción que tomar estas decisiones por ellos. Esta presión para que actúen continuará creciendo exponencialmente.
Climate tech es un término general que se utiliza para varios sectores en donde se están implementando tecnologías digitales innovadoras para tratar el cambio climático.
Pulse en cada burbuja o haga clic en los elementos de la leyenda para saber más.
Transporte aéreo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) , envío, transporte ligero y pesado por carretera ; vehículos eléctricos de micro movilidad con baterías como combustible.
Eliminación y almacenamiento de gases de efecto invernadero (GEI) de la atmósfera; sistemas de seguimiento y gestión de la huella de carbono por parte de organizaciones o gobiernos
Alternativas bajas en GEI a los insumos tradicionales (por ejemplo, productos químicos, acero, plásticos); transformación del proceso completo en soluciones de reciclaje y eficiencia de materiales
Métodos de producción de alimentos que reemplacen los de productos de origen animal intensivos en carbono; prácticas agrícolas y fertilizantes bajos en GEI; reforestación
Piezas y accesorios de calefacción y refrigeración de alta eficiencia; gestión inteligente del consumo de energía y procesos de construcción bajos en GEI.
Generación de energía renovable; gestión de la red; producción, desarrollo y distribución de combustibles alternativos; electrónica de alta eficiencia y uso intensivo de energía
Registro o análisis de datos de la tierra y el clima para su uso en la reducción de emisiones; satélites y sensores bajos en gases de efecto invernadero
A las juntas directivas también se les están pidiendo no solo metas, sino también planes de transición climática. Más de US$50bn en activos bajo gestión, cerca de la mitad del total de los activos bajo gestión, están actualmente en manos de inversionistas que se han comprometido a impulsar la descarbonización. Se les está pidiendo a las juntas corporativas y a los bancos que presenten no solo los objetivos, sino también sus planes de transición para alcanzar el net zero. Propietarios y administradores de activos están cada vez más conscientes de la considerable amenaza que representan la disminución y la compresión múltiple en los activos con mayor utilización de carbono, y de la ventaja de creación de valor para las compañías que están innovando en productos y servicios alineados con un futuro net zero.
Para tratar estas demandas, los líderes empresariales necesitan un enfoque confiable, y aún aquellos que ya estaban comprometidos con la meta de net zero, necesitarán un plan para atacar los retos más difíciles de la descarbonización. Muchos, por ejemplo, son notablemente imprecisos a la hora de abordar temas como la forma en que la compañía transformará sus valores en la cadena de emisión, tales como las emisiones finales de los productos, servicios e inversiones. De las 160 compañías en la iniciativa Climate Action 100 (escogidas por sus emisiones de gases de efecto invernadero), 43% ahora tiene algún tipo de compromiso net zero. Pero únicamente el 10% de las metas de estas compañías tratan directamente la mayor parte de sus emisiones de rango 3 (cadena de valor), lo que significa que la mayoría deberá ir un poco más allá.
Esto requiere una transformación completa, una que toque cada parte del negocio y del modelo operativo de una compañía. Basándose en un deseo de net zero, las compañías deben asegurar una responsabilidad desde la alta dirección, realinear su estrategia de crecimiento corporativo con el net zero, adaptar su modelo operativo y su cadena de suministro para apoyar la transformación, invertir en innovación, proporcionar el financiamiento necesario, y darle prioridad a la transparencia y al compromiso. El éxito requerirá que el CEO, el CFO, el director de innovación, el director de riesgos y otros líderes corporativos trabajen en conjunto con el director de sostenibilidad, invirtiendo sustancialmente en las destrezas adecuadas.
Aunque la magnitud del cambio requerido puede parecer abrumadora, la tecnología tiene el potencial de cambiar el status quo y catalizar una mejora radical. Los compromisos net zero pueden aumentar las probabilidades de que sucedan estos avances, porque cada compromiso representa un nuevo cliente que necesita soluciones para ayudarle a lograr sus metas. Consideremos, por ejemplo, la alianza de aerolíneas One World Alliance, la que se comprometió a net zero para el 2050. Ese compromiso significó apostar por tecnologías aéreas de cero emisiones que aún no existen de manera avanzada, en este caso, una aeronave de pasajeros comercial que puede funcionar con combustibles de aviación sostenibles e hidrógeno verde en los próximos 10 a 15 años.
La inversión de capital de riesgo en tecnología climática aumentó diez veces entre el 2013 y 2018, aunque en el 2019 se experimentó una pequeña disminución, en relación con la mayoría de las tendencias de inversión de capital de riesgo.
La tecnología deberá provenir de una amplia gama de organizaciones, incluyendo nuevas y emergentes compañías. Como hemos descubierto en un reciente estudio, la tasa de inversión en la fase inicial en la tecnología climática está creciendo rápidamente, de hecho, cinco veces más rápida que la tasa de inversión de capital de riesgo. Durante los últimos siete años, el fondo de financiamiento para las compañías de tecnología climática, la tasa de creación de las nuevas empresas y el tamaño promedio de los fondos aumentaron. Entre 2013 y 2019, los fondos en la fase inicial de inversión de capital de riesgo para compañías de tecnología climática alcanzaron US$16.1MM, un aumento de más de 3,750%. Los inversionistas corporativos están convirtiéndose en agentes de gran importancia.
Esta aceptación de innovación ofrece un camino hacia el progreso, y esas son buenas noticias, a medida en que nos embarcamos a lo que será la década decisiva para la acción climática. La sociedad espera que los líderes empresariales actúen. De acuerdo a Edelman Trust Barometer 2021, el 66% de los encuestados consideran que los CEOs deben liderar el cambio, en lugar de solo actuar cuando los gobiernos imponen el cambio. El logro de estas grandes metas de net zero se basará en este impulso (y la incapacidad para actuar los hará fracasar). Los líderes deberán traer el futuro hacia el presente para poder ejecutar una profunda y rápida transformación como nunca antes se había visto en el mundo, pero de manera urgente.
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Publicado por PwC
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Dora Orizabal
Socia Líder Regional de Assurance, PwC Interaméricas
Ignacio Pérez Rubio
Socio Líder de Consultoría, PwC Interaméricas